La irritación social continúa subiendo en el Paraguay con razones que van desde el incremento en el precio del costo de productos de primera necesidad, el combustible, el pasaje, la falta de justicia, los hechos de corrupción con los que convivimos de manera la permanente en el Paraguay, y por sobre todo también la falta de visión de futuro de forma colectiva.
Han comenzado a cerrar rutas, calles y avenidas protestando en estos días, y se cree que tendremos un marzo de bastantes sacudidas sociales en vista que no hay tampoco una respuesta de parte del Gobierno que se está yendo, y menos aún en tiempos electorales, en los que se fija la atención simplemente alcanzar el poder y no responde a las necesidades de la gente.
Hay varias cuestiones que no han sido analizadas en su tiempo, como por ejemplo el alto impuesto selectivo al consumo que se aplica a los combustibles, alcanzando incluso 38% por cada litro.
El Estado recauda más de US$ 350 millones a través de este mecanismo -que lógico- hace subir todo lo que toca a su paso, desde la chipa hasta los productos más complejos de importación. Tenemos también una falta de visión económica. No hemos hecho una medida en torno a qué techo tendría que aplicarse al impuesto selectivo al consumo en los combustibles e incrementar otros que tanto daño hacen a la salud, como el tabaco.
Se necesita una mirada distinta en términos impositivos, mejorando su paso notablemente el gasto público por dónde se van US$ 1600 millones en corrupción de manera anual. Hay que cambiar esto, o de lo contrario la irritación social puede convertirse en un volcán.
