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Amar amando

El amar algo o a alguien en un momento o lugar es uno de los verbos más cómodos y alegres de experimentar. Alguna vez, ayer salía y entraba a lugares con una persona que amaba. Reíamos, nos escuchabamos, bromeabamos y haciamos cosas que cualquier pareja que se ama hace con normalidad.

Para algunos es una lástima que la normalidad en el acto de amar haya mutado en su estética y forma de existir. Empezando con el movimiento LGBTQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans y queer u homosexual) que sigue siendo para algunos algo anormal y es rechazado por estos que no los aman, respetan o defienden con ellos sus ideas de amarse entre personas del mismo sexo.

Por otro lado se encuentra el poliamor qué se da cuando un grupo de personas mantiene una relación afectiva, íntima, emocional y sexual entre ellas . Lo realizan de forma duradera y simultánea

La zoofilia o petofilia que es un trastorno psicológico que se reconoce como un amor desmedido a los animales.

Y hace poco hablando con una amiga filósofa que gusta ahogar su mente en libros, conocimientos e ideas nuevas me habló acerca del “amor líquido”, a lo que respondí cuestionando si se trataba de amarse en la piscina, la tina o bajo la ducha.

Lo que hizo reír a ella que está de novia no con un paraguayo sino con un extranjero que cómo muchos están conectados a la red para establecer conexiones con sus amores a distancia.

Formas de amar
Un estilo de amarse que lo etiquetaría de “amor virtual” es aquel en el que a través de una pantalla uno logra ver y escuchar más no sentir a su pareja. Modelo que es popular hoy día entre personas de nuestro país con sus compueblanos y hasta con extranjeros.

Volviendo a mojarnos con el ya citado amor líquido que está definido cómo la fragilidad de los vínculos humanos desarrollados en la posmodernidad. Si antes las relaciones objetales eran más largas, ahora son desechables y está caracterizado por compartir semejanzas con lo líquido que es el dejar fluir las cosas entre los personajes de una relación. Es un amor superficial, porque se basa en vínculos sentimentales frágiles, que pueden romperse fácilmente y en el que lo que importa es el momento presente, sin ataduras, compromiso o proyecto de futuro.

El desarrollador de la ideas de la sociedad líquida es Zygmunt Bauman quien fue un sociólogo y filósofo polaco quien fue expulsado de Polonia durante la crisis política de 1968 y obligado a renunciar a su ciudadanía. Falleció hace 6 años a los 91 años, luego de dedicar buena parte de su vida a pensar y registrar ideas que entre ellas no faltó uno de los temas perpetuos en la vida del ser humano desde siempre que es el amor. Uno que no se aleja de los cambios que sufre todo lo natural u orgánico por naturaleza.

Sanos y estamos vivos, fuertes, amando y no odiando ni expresando lo habitual movido por la antipatía. Por mi parte me quedo con la vieja escuela del amor entre hombres y mujeres, que no redacto esto para ser criticado por formar parte del grupo etiquetado “del viejazo” o no tener la mente puesta en lo que y cómo son las cosas hoy tiempo que solo es posible por el respeto a los códigos y reglas de la naturaleza del ayer

Lo que existe y se sostiene a nuestro alrededor es fruto del amor hacia las cosas o personas que nos protegen o ayudan para hacer algo. Ese algo que nos puede llevar a hacer cosas que una fuerza fuera de lo común lo entendería e inspiraría a otras personas a emular lo hecho por o para alguien quedando patente el acto, expresión entre nosotros para dejar claro que al usar el beso, corazón o expresión “te amo” es una especie de compromiso.

Tiempo de compromiso
Una palabra o acto incómodo para mis congéneres que no se quieren comprometer en relaciones de pareja, qué es cómo el trabajo en equipo, donde desde la primera aproximación al beso o pedido para salir juntos exige seriedad y responsabilidad del uno para el otro, dependiendo del nivel de compromiso que exista entre las partes ya que no es lo mismo el matrimonio que el noviazgo o el simple hecho de salir juntos a un lugar de la mano o juntos sin mostrarse ligado con alguien. Que también forma parte de la incomodidad para algunos, mostrarse con alguien o abrazando o sosteniendo su mano públicamente.

Las habituales o conocidas formas de ser amoroso con alguien van quedando trancadas en el ayer, lugar desde donde por algo habrán empezado y se han seguido utilizando hasta hoy. Que aunque sean tiempos distintos, son hábitos cómodos para relaciones que pretendan continuar bien hacia su mañana. Uno que invite a seguir amándose bien, sin peleas, complicaciones o lo que separe la relación, compromiso o lo que se haya formado alguna vez por la fuerza del amor.

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