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Aedes, Darwin y Felippo en Paraguay

Secretario General del Comité Central del Partido Comu­nista Paraguayo

Empiezo por aclarar que no compararé al protohumano Eduardo Felippo con el mosquito transmisor del dengue. Él es de una especie más peligrosa aún, por las posiciones de poder que ocupa en la sociedad y en el Estado.

Tampoco recordaré mucho a Charles Darwin, más bien recuperaré el darwinismo social de Herbert Spencer, como nefasta y criminal base del supremacismo que, creyendo en la existencia de “razas” superiores en la humanidad, ha realizado todo tipo de masacres en el mundo, y que cerebros primitivos como el de Felippo y demás explotadores, siguen utilizando para enmascarar su miserabilidad, simulando un complejo de superioridad para disimular sus complejos de inferioridad, a lo Hitler.

Así dicen que somos gente puerca, que somos inconscientes y demás acusa­ciones, extendiendo estas ideas a gran parte de nuestra sociedad. A propósito de la epidemia del dengue; aunque esos empresarios, a través de sus medios de comunicación, cuando hablan de “nosotros” en realidad lo que terminan es culpando a las mayorías trabajadoras empobrecidas, de esa “puerqueza”.

En realidad, la epidemia del dengue tiene un principal responsable y se lla­ma Estado Oligárquico. Sí, el Estado que opera en el Paraguay y es sostenido por las mayorías trabajadoras, pero al servicio de las minorías millonarias.

Es el Estado construido por Stroessner y su camarilla de delincuentes, to­talmente tutelado por los EEUU, el que no ha sido capaz de desarrollar políticas públicas capaces de resolver la proliferación de los mosquitos ni el aislamiento de las y los enfermos de dengue. Y por supuesto que incluyo a la educación en las políticas públicas no desarrolladas.

De modo que nuestro país, al aceptar la tutela de los monopolios imperialis­tas capitaneados por los norteamericanos, ha dejado de lado la posibilidad de desarrollar un proyecto independiente capaz de promover un pensa­miento paraguayo como consecuencia del quehacer científico.

En estos días se publicó que la deforestación acompaña la proliferación del Aedes Aegypti. La deforestación promovida por los monocultivos de soja a gran escala, defendidos por estos protohumanos, entre los que se encuentra Felippo que, para mal de nuestros males, fue puesto como Ministro Presi­dente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Paraguay, aleján­donos aún más de políticas de Estado que emerjan de estudios científicos priorizando el bien común y la búsqueda de igualdad de oportunidades.

Por eso es que el Aedes existe gracias a explotadores que lograron construir una cultura supremacista con el criminal darwinismo social.

Cuanto más lejos de la ciencia estemos, nos pasará lo que dice Alberto Ro­das en uno de sus grandes temas: Por la plata baila el mono sapiens.

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Expertos en Historias urbanas.

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