POR BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
Sensible disminución
La calidad de vida de los paraguayos ha venido bajando en los últimos años debido a que no ha ido parejo el costo de la vida con los ingresos de cada uno de los paraguayos. Hay un gran sector de la población que no vive bien desde hace bastante tiempo, que no le alcanzan los recursos y que, lógicamente, demuestra su malestar a veces de manera callada, pocas veces de manera vocal y en muchas de las oportunidades con una migración constante y permanente a España, a la Argentina y algo de Estados Unidos.
Estamos demostrando que las políticas económicas no han sido las eficaces que se esperaban y que un crecimiento pronosticado para este año del 4 % no es suficiente para salir de la condición en la que se encuentra una gran mayoría de la población paraguaya, a la que no le alcanza tampoco que le den de comer una vez al día 180 días de clases y que posteriormente viva de nuevo en condiciones bastante precarias. Esto es para el programa «Hambre Cero». Tampoco le alcanza para hacerse de una casa porque el ingreso debería ser de aproximadamente entre 10 y 13 millones de guaraníes para que pueda acceder a un crédito en el programa de «Che roga porã».
Y estas y otras cuestiones demuestran que realmente estamos muy lejos de entender y comprender la realidad económica por la que atraviesa una gran mayoría del país y que hasta ahora no ha tenido una política pública eficiente ni privada que lo acompañe.
Un transporte como la gente
En esta semana prometió el gobierno presentar un plan para reformar el sistema de transporte público que afecta a 600.000 personas en el área del Gran Asunción.
También es un problema en otras comunidades como Encarnación, Ciudad del Este, que ya tienen servicios de transportación en sus zonas aledañas. En el caso del Gran Asunción no se ha podido hasta ahora encontrar una respuesta a cómo subsidiar, en cuánto subsidiar o si hay que dejar librado esto a las condiciones del mercado, con lo cual se incrementaría el precio del pasaje y afectaría al bolsillo de una deteriorada parte de la población paraguaya. También esto tiene que ver con la cantidad de vehículos «chileres» y motos que circulan en el Gran Asunción debido a que no tenemos un sistema de transportación pública eficiente y eficaz.
Todo esto sumado al hecho de que el Gran Asunción se expande cada vez más. Estamos hablando de comunidades que, a 30-40 kilómetros, consideran bastante cercano acercarse a sus lugares de trabajo de Asunción. Todas estas cuestiones deben ser consideradas en un plan de transporte que presente el gobierno.
No es una cuestión simplemente de matemáticas y de economía, sino de calidad de vida y, fundamentalmente, colocar al usuario en el centro de la política pública.
Defender la democracia
Latinoamérica y España han decidido buscar acuerdos que fortalezcan la democracia ante lo que consideran un camino hacia el fascismo autoritario.
Se encuentran en Santiago de Chile presidentes de América Latina y el jefe de gobierno español en un encuentro que han denominado Por la democracia siempre. Este sistema político, «el menos malo de los sistemas políticos conocidos», como diría Churchill, sin embargo, ha venido sufriendo embates de desgaste interno y también desde afuera. Hay mucha gente que no quiere vivir en este sistema político, que tiene la obligación de buscar pactos, acuerdos, diálogos, consensos, que no son parte del ADN de varios países que vienen de una larga tradición autoritaria.
La única manera también es fortaleciendo nuestras instituciones y especialmente la justicia, que no ha estado acompañando el desarrollo de la democracia política y ella misma, que no ha encontrado en el mandato democrático un nivel de representación con altura. En definitiva, para solucionar los problemas de la democracia hay que darle más democracia, y eso significa mejorar cada día el nivel de calidad de gestión de ella en relación a los mandantes, a los que votan, a los que son el verdadero factor de poder dentro de cualquier democracia que se precie de llamarse como tal.