miércoles, octubre 29

3×3 15/09/2025

Por Benjamín Fernández Bogado

CASTIGO A LOS CORRUPTOS

El Senado es, de nuevo, protagonista de hechos de corrupción reiterados y constantes. Ahora son dos: una senadora de apellido Aquino y otro de apellido Vera, que aparentemente van a ser soltados de la mano por el oficialismo que los había “alquilado” durante todo este tiempo, luego de haber sido electos por el partido Paraguayo Cubas–Cruzada Nacional.

Las grabaciones son notablemente elocuentes sobre la manera en que se realiza el mercadeo de votos en el Senado. Por ahí sabemos quiénes son los que se llevan las porciones grandes, de qué manera, cómo ingresa Itaipú, de qué forma se cotizan los votos —a qué valor, 20 mil dólares— y de qué manera también las donaciones taiwanesas se reparten entre varios de los protagonistas del Senado.

Una situación que involucra a varios senadores colorados, molestos por las expresiones de Yami Nal o de la senadora Aquino, quienes lanzan un chantaje claro y elocuente: “Si me echan, tendrán que irse muchos detrás mío”.

Lo ideal sería que supiéramos, como mandantes y como gente que ha escogido a varios de estos legisladores, de qué manera se están comportando nuestros mandatarios y obligarlos a rendir cuentas.

Lo que vemos hasta ahora es un acto de corrupción más, de los muchos que han protagonizado nuestros 45 senadores a lo largo de todo este período democrático. Algunos han sido echados, otros volvieron y continúan en la misma senda. Alguna vez el Paraguay tendrá que reconciliarse con la justicia y, fundamentalmente, acabar con la impunidad.


PARAGUAY CONTRA EL MUNDO

Las cuestiones referidas a la relación del Paraguay en términos de estrategia geopolítica en los últimos tiempos han desconcertado a muchos. En la última oportunidad en Naciones Unidas, mayoritariamente los países miembros votaron para buscar una solución dialogada de dos Estados —entre Palestina e Israel—.

Paraguay se alineó al voto de Argentina, Estados Unidos, Israel, Papúa Nueva Guinea, las islas de Micronesia y Tonga, mientras todos los demás países votaron a favor de una resolución de reconocimiento del Estado palestino y, al mismo tiempo, de la imperiosa necesidad de buscar un diálogo para frenar este genocidio que acontece en Gaza y que ha despertado la indignación mundial, incluso entre muchos judíos.

Es evidente que hay que alinearse con la razón y no necesariamente con el oportunismo, como ocurre con el voto de Paraguay en Naciones Unidas. No es la primera vez que nuestro país realiza esta votación y después le pasan la factura cuando presenta una candidatura ante la OEA que no recibe el beneplácito ni el voto de nadie.

Paraguay debe recapacitar por completo en términos de sus alianzas estratégicas a nivel mundial y en base a lo que acontece en esa conflictiva zona de Medio Oriente, donde incluso los países árabes reunidos están tratando de crear una especie de OTAN que pueda repeler los ataques de Israel a cualquier país árabe.

La situación va in crescendo en términos de violencia y de acabar con todo vestigio palestino en esa región. Paraguay debe volver a entender dónde está el mundo, dónde está la racionalidad y, en función de eso, responder con sus votos.


CONCENTRARSE EN ESCUELAS TÉCNICAS

Las escuelas técnicas y vocacionales jugaron un rol importante en el Paraguay durante mucho tiempo y, sin embargo, han sido abandonadas. El reconocimiento educativo del país habla de una gran capacidad y habilidad mecánica y manual del paraguayo, que es donde tendríamos que habernos concentrado en la educación como tal.

En países del primer mundo como Singapur, Alemania o Suiza, todos los alumnos van juntos hasta el noveno grado y luego el 80% va a carreras técnicas y sólo un 20% a la universidad. Aquí, de la población que arrancó desde el primer grado, sólo ingresa a la universidad el 5%, y de ese 5% sólo se gradúa el 10%. O sea, la universidad resulta atractiva para millones de paraguayos, pero esto demuestra un gran fracaso.

Debemos mejorar notablemente la mirada en torno a qué es lo que tenemos que enseñar y en qué tenemos que educarnos para hacer un cambio copernicano en lo que hasta ahora ha probado ser una educación que no le sirve a nadie.

El paraguayo es muy bueno con las manos, con las carreras técnicas; en eso están los de Singapur, que son número uno del mundo, los alemanes y los suizos, entre otros. Nosotros estamos invirtiendo muy mal y, aparte de tener un contenido muy escaso en las materias educativas, eso finalmente nos pasa la factura en todos los campos de la vida.