La mayoría de las personas en una nueva encuesta realizada por el Banco Europeo de Inversiones en Estados Unidos, Europa y China opina que el calentamiento del planeta aún es reversible, pero están tan preocupadas que, como mínimo, dicen que están preparadas para tomar decisiones radicales con el fin de frenar el aumento de las temperaturas. Eso incluye desde ir en tren a la playa en lugar de utilizar el avión a reducir el consumo de carne roja o limitar el uso de plásticos.
Las temperaturas del planeta en los últimos cinco años han sido más calurosas que en cualquier otro momento desde que comenzó la revolución industrial hace casi dos siglos, según el Servicio Europeo de Cambio Climático Copérnico. Otro estudio publicado el lunes en la revista Advances in Atmospheric Sciences mostró que las temperaturas en los océanos del mundo alcanzaron un récord el año pasado.
OTROS DATOS INTERESANTES EN LA ENCUESTA:
Los ciudadanos en Europa y China consideran que el cambio climático es el reto más importante al que se enfrentan sus países, mientras que a los estadounidenses les preocupa más el acceso a los servicios de salud. La preocupación por el calentamiento mundial alcanzaba un 73% en China, un 47% en Europa y otro 47% en Estados Unidos.
Más de una tercera parte de los chinos, europeos y estadounidenses consideran que el aumento de las temperaturas es la señal más preocupante del cambio climático.
Los ciudadanos europeos son más pesimistas (33%) que los chinos (19%) o los estadounidenses (28%) sobre la reversibilidad del cambio climático.
Seis de cada 10 ciudadanos europeos, chinos y estadounidenses creen que su comportamiento individual puede ayudar a combatir el cambio climático.
Casi la mitad de los estadounidenses y los chinos creen que tendrán que mudarse debido al cambio climático, mientras que esa cifra cae al 33% en Europa.
Más de un tercio de los chinos y una cuarta parte de los estadounidenses y europeos han cambiado a un proveedor de energía verde.
Las opiniones de los encuestados en China eran similares a los países del sur de Europa, donde las convicciones aún no se corresponden con acciones, pero el compromiso a un cambio de hábitos es fuerte.
En Estados Unidos, el 18% no cree en el cambio climático, mientras que el 9% de los encuestados europeos y el 1% de los chinos compartían esa opinión.