“La tercera la vencida, Mar. ¡Esta tiene que salir! ¡ESTA ES!”, se decía a sí misma entusiasmada cuando por azares de la vida se le presentó la oportunidad de luchar por una mano hecha por Naked Prosthetics, una empresa norteamericana que se dedica a hacer prótesis para extremidades.
CRECER SIENDO DIFERENTE
Crecer con limitaciones en un país con poca educación es complicado y más cuando uno es niño, refirió Martínez. También añadió que, por un lado, es frustrante y doloroso el crecimiento, pero por el otro, también se aprende a valorar cosas que las personas muchas veces dan por sentado.
“El poder abrir una botella yo sola sin pedirle ayuda a nadie me llena de orgullo y me mejora el ánimo”, expresó. Son esas pequeñas acciones que le dan fuerzas para seguir cada día.
Con frecuencia comía sola en la escuela, le costaba hacer amigos y no faltaba los comentarios ofensivos en la escuela. Durante su infancia y adolescencia Mar desarrolló una amistad con sus bolsillos, como mecanismo de ocultar sus manos.
“En caso de no tener bolsillos siempre podía contar con mi otra amiga, la espalda. Escondite no tan efectivo como el primero, pero me sacaba de apuros, en especial ante cámaras”, comentó en su blog donde cuenta su historia.
Si pudiera volver el tiempo atrás Mar desea poder decirle a su versión de niña que todo estará bien. “Un día vas a ser muy valiente y vas a contar tu historia, y muchos otros niños grandes te van a entender porque, vos todavía no sabes, pero: no estás sola. Aguanta unos años más mi amor, todo va a ser mejor después”, expresó.
EL DÍA A DÍA
Cada día es una batalla, esas pequeñas cosas como agarrar objetos, conducir o cocinar que muchas veces las personas lo hacen de manera automática no lo son para Mar. “Para mí, lograr cosas básicas como abrir frascos, cualquier tipo de botellas o picaportes o atarme el cabello ha sido una lucha desde el principio, nunca lo hago bien. Hay situaciones que aún me frustran mucho, pero he aprendido a manejarlas”, sostuvo.
UN GOLPE DE SUERTE
“Fue una mezcla de caradurez, pensar positivo, valor y muchos pañuelos desechables porque el lloro no termina nunca”, expresó Mar. En dos ocasiones, en Paraguay, ya había intentado conseguir una prótesis, pero no funcionaron porque las organizaciones a las que acudió no tenían el prototipo indicado para su caso.
Durante un viaje de trabajo a Estados Unidos conoció a dos personas que notaron sus limitaciones y le preguntaron si alguna vez pensó en una prótesis que pueda mejorar su calidad de vida, a lo que ella les comentó los inconvenientes que había tenido en el pasado. Arturo y Margarita le prometieron a buscar la forma de que consiga una mano hecha por profesionales en el país del norte.
Mar regresó a Asunción y Arturo, quien la está ayudando en todo el proceso siguió con los trámites, mails, las videollamadas. Todo el proceso empezó hace aproximadamente tres meses y no pasó mucho para que Mar entre en la lista de pacientes de Arm Dynamics.
Actualmente están en proceso de recibir el monto final de lo que costará la prótesis. “Ahora solo estoy esperando el presupuesto final para empezar mi campaña de colecta de fondos para pagar la prótesis. Si no junto los aproximadamente USD 50 mil, no hay prótesis”, aseguró.
¿POR QUÉ UNA MANO PARA MAR?
Al principio pensó en un nombre como “Bitácora de una amputada”, pero prefirió ir por el nombre actual porque para ella todo lo que está emprendiendo va más allá de esta prótesis. “Tengo grandes planes a futuro y espero que este sea solo el comienzo”, puntualizó.