Dejando de lado el tremendo dolor de la reciente muerte de una joven estudiante de derecho, sus familiares sacaron la fortaleza para apoyar y fomentar la donación de sus órganos de Layla Ayala que es un ejemplo más de que después de su deceso le está dando una segunda chance a aquellos que por mucho tiempo han estado esperando pacientes por un corazón o riñón.
Con la ley Anita, todos los paraguayos mayores de 18 años pasan a ser donantes salvo que expresen su desacuerdo. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud Pública, de 100 personas fallecidas solo 1 podría reunir las condiciones para ser donante.
Se requieren de ciertas características para que una persona pueda donar sus órganos una vez que se confirme su deceso, entre ellas está el de no tener expresado en vida su oposición a ser donante, y debe certificarse la muerte encefálica por dos médicos especialistas.
Gustavo Melgarejo, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) indicó que se está creando un mejor sistema a nivel regional y en parte es gracias a la mayor difusión del tema. Asimismo, mencionó que luego de la promulgación de la Ley Anita se creó en el país el primer protocolo nacional de diagnóstico y certificaciones de muerte encefálica.
Melgarejo rescató que la ley es estricta en el sentido que respeta la voluntad del fallecido y el mensaje que desean instalar en los familiares es justamente ese, el de respetar el deseo de la persona de trascender a otras vidas.
“Es impresionante como la gente joven apoya este tema, hay docentes y estudiantes que hacen trabajos que ayudan a concienciar sobre la donación”, resaltó respecto al avance de un tiempo hasta acá sobre la postura que se tenía con la donación.
La niña que recibió otra oportunidad
Por otro lado, hace unos 12 años atrás la vida de Tatiana Benítez y su familia cambió para siempre. Ella fue la primera paciente pediátrica en recibir un trasplante de corazón cuando tenía apenas 6 años. “Su trasplante se dio cuando estaba en primer grado, hoy ella está en el segundo semestre de la facultad”, expresó emocionada Lilian Insaurralde, su madre.
“Para nuestra familia fue como volver a empezar, mi hija ya estaba en sus últimos días de vida… fue muy duro ver sufrir tanto a mi pequeña”, comentó Lilian. Pero al recibir la noticia de que había un posible donante compatible les volvió una luz de esperanza. “Todos los días de mi vida, al despertar y ver a mi hija solo pienso el gran gesto de amor de aquella mamá que con la donación de órganos nos devolvió la felicidad, su decisión salvó la vida de mi hija”, expresó.
Hoy, la joven está forjando su futuro en el campo de las Relaciones Internacionales y se prepara para la carrera diplomática. Además, ha cosechado varios logros en el golf como la medalla de oro en el Mundial de Deportistas Trasplantados en Newcastle, Inglaterra.
El caso de Tatiana es uno de los tantos ejemplos de lo que este hermoso acto de amor puede generar en la vida de muchas personas. Y como lo recalcó el director del INAT: “El motor de todo es la donación, si no existe donante, no existe trasplante”.
El doctor también expresó que Paraguay todavía está en una etapa de arranque a comparación de Brasil, Uruguay y Argentina que son países modelos en la región por la estructura que tiene montada y la cantidad de profesionales que se dedican a esta especialidad.
Desde la implementación de la ley se permitió que Paraguay deje de ser uno de los países con menor tasa de donación.
Actualmente, la lista de espera de pacientes es de 250 pacientes a la espera de un riñón, 1.120 para córneas, 5 para corazón y 4 para hígado, comunicó el director del INAT.
Con relación a la vida después del trasplante, Melgarejo aseguró que la vida de los trasplantados de Paraguay es equiparable a los estándares internacionales. Así también, los inmunosupresores son proveídos por el Ministerio de Salud o por el IPS de manera gratuita para quienes lo necesiten.
Por último, el deseo del INAT es pasar de tener 3 centros de trasplante renal a 7, concretar 3 centros de hígado, 2 centros de corazón y 1 de pulmón, Melgarejo sostuvo que es la misión de estos 5 años.
Aclarando algunas dudas
“Si saben que quiero ser donante, los doctores no tratarán de preservar mi vida”
Esto es falso. El equipo médico que lo trate en vida no es el mismo que el grupo médico de ablación de órganos. Los profesionales de salud harán todos los esfuerzos por salvar su vida. Solamente después de agotar todas las posibilidades, y luego de ser declarado con muerte encefálica, se considerará la donación.
“Mi religión no apoya la donación de órganos”
La donación es un acto de solidaridad y fraternidad humana, y una prueba de que el cuerpo muere, pero jamás el amor que lo sostiene.
“Nadie va a querer mis órganos por mi edad o condición médica”
Al tiempo de la muerte, el médico del INAT realizará estudios médicos para determinar la aptitud de los órganos del donante.
“Debo pagar para realizar la donación”
Puede percibir compensación económica por ello, así como tampoco nadie podrá exigir pago alguno por el órgano trasplantado.
“Los ricos y famosos avanzan en la lista de espera mientras que los demás deben aguardar más tiempo”
La posición en la lista de espera no tiene en consideración factores como edad, ingresos ni clase social. Por el contrario, es imprescindible el tipo sanguíneo y la compatibilidad de los tejidos.
“Aumentará el tráfico de órganos”
Según la ley, se exige que dos médicos firmen el acta de defunción, tras haber certificado dos veces y con un intervalo de seis a doce horas todas las exploraciones necesarias para confirmar el fallecimiento de la persona.
“El motor de todo es la donación, si no existe donante, no existe trasplante”.
GUSTAVO MELGAREJO DIRECTOR DEL INAT.
CLAVE 1: La ley Anita se llama así en conmemoración a Ana Almirón, una niña de 6 años que falleció tras esperar un corazón por 2 años.
CLAVE 2: Un donante con muerte encefálica puede beneficiar a hasta a 11 personas: 2 córneas; 1 corazón; 2 pulmones; 1 hígado para hasta 2 pacientes; 2 riñones; 1 páncreas.
CLAVE 3: Con una muerte cardíaca se puede donar: Tendones, vasos arteriales, huesos, piel, cartílago y válvulas cardíacas.