Un subsector de la economía que está creciendo a ritmo sostenido es el turismo de eventos, una especialización del turismo global que está tomando Asunción y conurbano como eje gravitacional que genera buenos ingresos a los centros de convenciones, hotelería, restaurantes y shoppings, además de la multitud de servicios que se mueven alrededor de este núcleo de negocios.
Según el último informe del Observatorio Económico del Turismo de Reuniones del Paraguay, en el país se desarrollaron en 2018 unas 530 reuniones agrupadas de la siguiente forma: 421 congresos y convenciones, 95 ferias y exposiciones y 14 eventos deportivos internacionales, actividades que se concentraron en un 70% en Asunción y en otros 27 centros urbanos, con San Lorenzo (9%) y Luque (5%) entre los principales. Esto significó un ingreso global de US$ 116 millones, un aumento del 68% con respecto a 2017.
Esta es, bajo todo punto de vista, una información alentadora pues habla de un desarrollo casi explosivo del turismo de eventos, sólo alcanzable con una intensa profesionalización de los servicios involucrados en la captación de estas actividades. Esta es la faceta positiva.
La otra cara, deplorable por cierto, es el pobre desarrollo de la infraestructura pública que debería apoyar un rubro con semejante dinámica de crecimiento.
Debemos comenzar por el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi por completo desfasado en el tiempo. Un aeropuerto implica una convergencia tecnológica y de servicios que debe ser operada por personal de alta especialización, capítulo que en todas las capitales latinoamericanas se confía a empresas de vasta experiencia en la materia. Los congresos con gran concurrencia internacional generan una fuerte presión sobre los servicios aeroportuarios, con tráfico muy concentrado en torno a las fechas de arranque y conclusión de cada evento. Las ciudades que lideran el turismo de eventos en Sudamérica disponen de los mejores aeropuertos: Buenos Aires (el nuevo Ezeiza), Lima (Jorge Chavez), Sao Paulo (Guarulhos), Bogotá (El Dorado), Santiago de Chile (Arturo Merino) etc.
El turismo de eventos en el Paraguay no va a tener despegue definitivo mientras no disponga de un aeropuerto del siglo XXI, equiparable a los ya señalados.
Algo lejos de lograrse a corto plazo.