Es el personaje del momento: criticada por muchos, adorada por otros, comentada por la mayoría. El ejemplo de “la comadre” es tendencia en redes sociales, pero más allá de eso, tiene un impacto mucho mayor del que se puede visualizar en internet.
Se trata de la tolerancia, esa deuda eterna que tiene nuestra sociedad con los sectores minoritarios como los que ahora salen a relucir con el caso de “la comadre”. Pocos años atrás, era impensable que grupos conservadores salieran públicamente a defender la libre expresión de la sexualidad en ciudadanos y ciudadanas como ocurrió; “la comadre” lo logró casi por accidente, cuando en una serie de videos salía a pedir respeto ante el tratamiento mediático por parte de profesionales de la comunicación. Hoy los defensores están en más sectores que antes, atraídos por el humor, empatizando con su historia o por simple simpatía hacia ella. A esto se suma que el mundo de la publicidad empieza a mirar los mismos horizontes.
Si bien no es la primera vez que se toma como referencia a una persona trans, el impacto actual no tiene precedentes. Mucho más que una cuenta en redes, un personaje nos está demostrando que Paraguay puede y debe ser mucho más tolerante, amigable y respetuoso no sólo hacia una comunidad, sino con todos y entre todos. En muchos casos en la actualidad, existen familias divididas por lo que la sociedad pudiera pensar. Esta ola mediática es un avance pequeño pero a la vez enorme en la eliminación de toda forma de violencia. En un país en donde los números hablan de un ambiente muy desfavorable para las minorías, Paraguay da un paso gigante por la diversidad con este caso.
“La comadre” seguirá siendo foco de comentarios y su popularidad, momentánea o duradera, termina siendo más importante y simbólica al final del día.