Se repite mucho que el soberano en democracia es el pueblo. La palabra o título de soberano se refiere a aquella persona que se gobierna a sí mismo sin estar sometida políticamente a otro.
El soberano es o se espera que seamos usted y yo, los ciudadanos. Que nos debemos respeto o lo que debe ser del mandante (el pueblo) al mandatario (los funcionarios) un trato de jefe a empleado en libertad y todo lo que signifique eso. Lo que debemos entender es que nuestros tributos alimentan al Estado que nos debe responder y no responderse a sí mismos desde una de “las máquinas” más grandes de la Nación por la cantidad de funcionarios y la cantidad de dinero que utilizan para continuar en su “trabajo” soberanamente hasta inútil por los pocos resultados que provee el Estado a los ciudadanos o mandantes.
VAMOS AL BARRANCO
Me tocó leer en uno de los comentarios de “El independiente” que el gobierno se encuentra desbarrancado o al borde del precipicio por muchas razones y una de ellas que no es la menor y la más importante, la lamentable cifra de más de 10 mil personas fallecidas. Que más allá de ser una cifra representan vidas de compatriotas soberanos que terminan en cementerios colapsados viniendo de hospitales saturados de pacientes en sus terapias. Es el resultado de una República que no trabaja para ser soberana y menos darle esa condición a los ciudadanos.
Es momento de dejar de pensar que el gobierno funcionará bien bajo sus propias y por el contrario debemos exigir transparencia en sus acciones y costo de las mismas para el bien del verdadero soberano, sus vecinos y usted. No se trata solo de criticar sino actuar a favor de todos, unir lo mejor de gobierno y ciudadanía para que los éxitos lleguen rápido y efectivo evitemos lamentar los fallecidos por el covid o el robo de la cosa pública.
HAY QUE CAMBIAR LA ECUACION
El gobierno es el ejercicio del poder en la empresa del ciudadano, el estado de donde se esperan buenos y aplicados proyectos que respondan a lo que cómo soberanos damos al gobierno para un buen trabajo en el estado para los que trabajamos y no lo hacemos allí. Soberanos funcionarios del estado que trabajan para el auténtico mandante.
El desbarranco o caída no es positivo tanto para los gobernantes cómo para el soberano, es por eso que para evitar que tanto el gobierno o poder caiga y/o siga abusando de los fondos que debe ser respondidos al que debe tener por lo que paga.
Es soberanamente fundamental evitar desbarrancos que sigan destruyendo no solo vidas de amigos o familiares sino el funcionamiento positivo de un país que hace más de 30 años empezó su vida de República proclamando ser soberano libre y democrático. Eso hay que hacerlo realidad en las dos puntas de las ecuación.