El comentario jocoso entre los médicos es que los no vacunados vienen a ser el grupo de control para saber hasta dónde puede afectar la enfermedad si no se tiene la mina protección de la vacuna, que si bien como es sabido no elimina la posibilidad de contagio o de contagiar, sí reduce la gravedad de los casos.
Separar a los no vacunados y reducir la cobertura de covid gasto cero a 50%. Estas son las propuestas del diputado Hugo Ramírez, las que se vienen discutiendo ya hace varias semanas y resalta la importancia de que en espacios como restaurantes y shoppings existan zonas para vacunados y no vacunados, ahora se suma la propuesta de que el sistema de Covid gasto cero solo cubra 50% del gasto de internación para los no vacunados.
La ciencia lo confirma, de cada 10 internados, 8 son no vacunados, aclaró el Dr. Tomás M. Balmelli (infectólogo), reconociendo que esa decisión de no vacunarse nos afecta a todos. “Es un crecimiento que estamos manteniendo desde hace dos semanas aproximadamente, todos son no vacunados los que están en UTI”, advirtió el doctor Carlos Pallarolas, neumólogo, poniendo sobre la mesa la discusión más real: Los servicios de salud pública que pagamos entre todos, que ya está con una deuda insostenible y que históricamente es deficiente ¿Debe hacerse cargo de los casos graves de Covid-19 de los no vacunados?
Ya estamos en un 40% de ocupación de camas en Unidades de Terapia Intensiva, y es aquí donde cobra fuerza el argumento de que si existe posibilidad de evitar que un contagiado de Covid deba ocupar una UTI gracias a las vacunas que reducen los casos de gravedad, la obligatoriedad de crear espacios donde no pueden ingresar los no vacunados pasa de ser una exageración a una necesidad.
Unos 4 de los 5 fallecidos del 27 de octubre eran personas no vacunadas y una vacunada, de tercera edad y comorbilidades.
La tesis de la libertad y la inconstitucionalidad o hasta la “segregación”, como quieren argumentar algunos defensores extremistas de teorías conspirativas al momento de negarse a que se apruebe este proyecto, nuevamente nos pone ante la disyuntiva sobre que las políticas públicas deben ser pensando en el bien común y no en la creencia de un grupo. “Tenemos una variante Delta que en los no vacunados puede causar estragos y en los vacunados presentarse leve, pero puede contagiar”, anunció en las últimas horas Hernán Martínez, viceministro de Salud.
Ante esta realidad ¿Vamos a tener que volver a una cuarentena? Probablemente no, pero lo que puede suceder es que los que aún no se puedan vacunar por la edad van a estar expuestos a los no vacunados que generen una mutación más agresiva del virus al no encontrar resistencia, y a este escenario se le agrega el problema de la ocupación de UTIS o de terapias intermedias, entendiendo no solo el costo para la Salud Pública, sino que agravando la situación para personas que estén con otras condiciones no vinculadas al Covid-19 que requieran internación o accidentados en igual situación que se vean obligados a estar en una lista de espera.
El 40% de la población está vacunada con la primera dosis, y solo el 11% tiene las 2 dosis, aun con estos números se redujo el contagio y las muertes diarias. Pero con la suma del dengue y otras enfermedades el panorama es desalentador.
Aún faltan vacunas, no todas las personas se pueden vacunar por su edad y tenemos el grave problema de un grupo que niega la enfermedad y no solo no quiere vacunarse, tampoco quiere dejar de asistir a espacios públicos.