Una mirada con un profundo análisis, acerca del comportamiento de algunos ciudadanos en tiempos electorales que, a la hora de elegir a sus candidatos, ese momento en que se decide votar, dar la plena confianza a los que tienen la misión de llevar adelante a todo un país, se apuesta a los mismos que continúan tildados como parte de la rosca corrupta.
En un momento delicado, con altos índices de corrupción, con un empobrecimiento, desempleos, robos a mano armada, con todo tipo de violencia en todos los ámbitos, estafas, con el sistema que actualmente está fallando, un panorama crítico, donde la justicia trabaja “a leña”, entre otras problemáticas que vemos a diario, la corrupción es una amenaza a la legitimidad de la democracia que afecta al sistema económico del país.
Algunos tipos de corrupción como: colusión, extorsión, soborno, fraude, tráfico de influencias, entre otros suelen ser normalizados, sin embargo, ¿qué sucede?; el ciudadano honesto suele apoyar a los representantes de la corruptela que toma la posta que se reacomoda en algún movimiento político para las elecciones y que utiliza a sus partidos y a los ciudadanos humildes, trabajadores, y honestos para seguir el mismo sistema de impunidad. Este ciudadano que aprueba a estos representantes señalados como “corruptos”, apoyan: ¿a cambio de qué?, ¿alguna promesa?, ¿algún mísero favor?, ¿por Gs. 100.000.?, ¿alguna visita con víveres, o colchón?, ¡tan poco vale nuestro voto!, A los corruptos le sale “nada”, en comparación a lo que nos roban, y no solamente eso, sino que someten a estos ciudadanos, para por si acaso, les concede algún cargo para seguir manipulándolos hasta convertirlos en deshonestos a cambio del favor que recibieron, arriesgándose, sin pensar en las consecuencias; mientras tanto, estos políticos, continúan haciendo uso y abuso de poder para intereses propios. Así funciona esta rosca de impunidad y corrupción, es decir, la mayoría de los ciudadanos somos los responsables de seguir sosteniendo esta estructura podrida, es una ironía, debido a que nosotros mismos “alimentamos al monstruo por tan poco”, el pueblo sufre, se lamenta, y vuelve a ocurrir, porque lo permitimos.
Es de conocimiento público que, los partidos políticos conducen a sus correligionarios con sus doctrinas y principios y con sus representantes que serán elegidos en un sufragio. Ante los hechos acaecidos y con toda esta situación que es insostenible donde se distorsiona el significado de un verdadero “líder”, es el momento de aprendizaje y discernimiento, de observar y apostar por los candidatos “sin prontuarios”, a los patriotas, y dejar a un lado a los mismos de siempre, que formaron parte de gobiernos anteriores y forman parte del este sistema, que no hicieron prácticamente “nada”, y que cuentan con innumerables denuncias por gestiones irregulares y de corrupción. ¡Erradiquemos de una vez la oligarquía corrupta!