@peztresojos – Emprendedor y Comunicador Social
Luego de la controversial detención de una ex parlamentaria paraguaya por vinculaciones al narcotráfico y lavado de dinero y llamativamente más de una docena de parlamentarios cancelaron viajes ya agendados a los Estados Unidos de América, nos hace preguntarnos ¿hasta dónde abarca la cadena de valor de los hechos ilícitos?
La señora que ahora debe estar vistiendo el mameluco naranja aspiraba a la intendencia de Asunción, campaña que, para los entendidos, requiere una inversión (modesta) de 4 a 7 millones de dólares.
Con las nuevas leyes de financiamiento político y de listas sábanas, aquellos que tengan aspiraciones políticas «casi» no podrán recurrir a sus partidos, sino a la financiación propia. Si bien existen personas y grupos empresariales que apuestan dentro de lo legal a diferentes candidatos y sus aspiraciones, una ley que nos ayuda a ejercer mejor la democracia, como la ley que elimina las listas sábanas, puede ser el motor de tracción para que quienes aspiran a una banca deban ser apadrinados de manera personal a cambio de favores o en casos como los de la semana pasada, acceder a pertenecer a cadenas internacionales de negocios ilegales, que hacen dinero en base a tráfico, muertes, terrorismo y saturar un mercado de estupefacientes cada vez más alterados y que cada vez penetran más en nuestra sociedad.
«Para muestra solamente hace falta un botón» decían nuestros abuelos. El 2020 va a ser un año muy interesante a nivel político, porque grandes estructuras de poder han caído dentro y fuera de nuestro país, una firme señal de que la casa sigue sucia, pero hay rincones donde se está barriendo la cosa. A ningún país le vendrían mal unas campañas políticas más austeras y auténticas, es más, a menos entrega de pan dulce, yerba, azúcar y caña, quizás las personas se atrevan a votar por aquellos que, según su criterio, son los mejores y no a aquellos que le llenaron la heladera una vez, para luego olvidarlos por cinco años. Lo que sí rescato de toda esta situación es que probablemente el turismo interno se vea beneficiado por aquellos que ahora tienen leves sospechas que, si salen del país, quizás no vuelven.
