Entre las cuestiones de las prioridades, evidentemente el tema de la salud tendría que ser la primera. Sin embargo, en el debate en el Congreso aparecieron algunos que siguieron justificando el uso de recursos para construir rutas, esas mismas que ahora podrían ser calificadas como las rutas de la muerte, porque en vez de gastar recursos para salvar la vida de decenas de paraguayos, se siguió creyendo que era más importante y valedero para los intereses del país en este momento construir rutas.
Eso no es prioritario, señores gobernantes. Hoy lo importante y trascendente es salvar la vida de cada uno de los paraguayos en la medida de lo posible, y para eso habría que colocar como prioridad central la cuestión de la salud, la vida, de eso habla la Constitución, no dice que cuando hay que estar eligiendo entre la vida y las rutas, hay que escoger lo segundo, porque brinda posibilidades económicas, para unos pocos habría que agregar.
Este es el tiempo de mirar el interés general y ese tiene que ver con el factor de la salud. Todo lo demás puede esperar, incluso la ampliación más importante de una carretera o los negocios de la mafia vial era con el Estado paraguayo.