“Hace poco leí una frase que decía que el Covid-19 saca lo mejor de la buena gente y lo peor de la mala gente. Más allá de la división simplista entre “buenos y malos” creo que esta crisis ha demostrado, por un lado, la increíble solidaridad, empatía y sentimiento colectivo de la sociedad paraguaya, pero también hemos visto actitudes hostiles, egoístas, del tipo “sálvese quien pueda” en otros grupos de la población. Son los dos mundos que conviven en una tensión constante, pero es justamente esa tensión la necesaria para poder lograr alguna evolución cultural”, comentó en entrevista con este diario la ex ministra de Senavitat, hoy Ministerio de la Vivienda, Soledad Núñez.
Agregó que las autoridades han implementado medidas basadas en una lógica verticalista y autoritaria necesaria quizás al principio del proceso, pero que debe ser complementada con políticas que permitan el empoderamiento de la comunidad y la toma de conciencia real de la población para poder lograr que los resultados sean sostenibles y positivos en el largo plazo. Es la eterna discusión entre el éxito de medidas en el corto plazo versus la necesidad de invertir en la sostenibilidad a futuro, la inmediatez y la visión más allá.
“Esta crisis deja al descubierto un montón de falencias y debilidades de nuestro sistema económico y social. Por un lado, tenemos el enorme desafío de preparar a nuestro sistema sanitario para hacer frente al pico de la epidemia con las menores consecuencias negativas posibles para la población. Las medidas adoptadas por el Gobierno han sido positivas, sin embargo se enfrentan a nuestro contexto social. El distanciamiento y la cuarentena en un país con alto déficit habitacional es un desafío enorme, y el riesgo de contagios intra hogares aumenta de esta manera”, señaló Núñez.
Los niveles de ingreso de la población paraguaya son bajos de por sí. El 80% de los hogares tiene ingresos inferiores a G. 6 millones y los niveles de pobreza son aún elevados. Casi todas las fuentes de empleo son generadas por MIPYMES que no tienen espalda necesaria para enfrentar una crisis sin apoyo del Gobierno.
Con respecto a esta cuestión, comentó que los principales desafíos a los que se enfrenta el país son dos: seguir manteniendo como prioridad el cuidado a la salud y las medidas promovidas por el Ministerio de Salud, al mismo tiempo asegurarse que no falte un plato de comida en la mesa de ningún paraguayo. Esto implica, velar porque el empleo no muera (protección a MIPYMES) y asistencia social directa para los hogares más vulnerables.
LA REFORMA
Por otro lado, la ex ministra Núñez aseguró que la Reforma del Servicio Civil es extremadamente urgente en Paraguay, que por un lado se fortalezca el sistema de ingreso, promoción y egreso del servidor público, y se revisen las políticas salariales de la burocracia estatal, y por otro lado, se apunte a cortar de manera definitiva el cordón umbilical entre el poder político y el cuerpo estatal.
“El sistema clientelar que ha imperado en el Paraguay ya no puede seguir existiendo, y esto tiene una estrecha relación con los niveles de corrupción. Los recortes salariales que hemos visto son positivos como un primer paso firme hacia los cambios de fondo que necesitamos, se han afectado sobre sueldos y bonificaciones privilegiadas. Sin embargo, es muy importante mencionar que puede ser injusto para algunos y justo para otros. No todos los funcionarios públicos son haraganes. No todos los salarios altos son injustos y no todos los salarios bajos son meritorios”.
Finalmente, la ex ministra resaltó que el único camino a seguir para salir airosos de esta crisis es poder convertirla en una oportunidad de transformación profunda. Toda esta desnudez de nuestro sistema tiene que calarnos tan profundo como para reaccionar y traducir esa energía en cambios definitivos para el futuro del Paraguay. Las cosas ya no pueden seguir igual y nuestro Estado necesita una reforma integral urgente que acabe con los privilegios indebidos que se acumulan en las élites políticas y sociales. De no hacerlo, corremos el riesgo de un gran estallido social en Paraguay.
“Si salimos más fortalecidos o no de esta crisis, va depender exclusivamente de todos nosotros. La invitación es a no parar, a no renunciar, a no limitar nuestras fuerzas”, concluyó Núñez.
