jueves, noviembre 21, 2024
29.6 C
Asunción

¿Quién tiene el verdadero poder?

La organización económica del Paraguay ha estado muy unida a lo largo de toda nuestra experiencia a grupos empresariales, que tomaron por asalto el poder político y consolidaron grandes fortunas. 

Esto fue cambiando en función de quién era el líder del momento o quién tuvo el control del poder por un momento determinado. Eso en escala, en términos democráticos, se multiplicó. 

No hubo solamente un dispensador de esos favores, como los 35 años de Stroessner, sino también a lo largo de este tiempo pequeños y medianos y grandes hubieron dispensadores de poder. Hoy nos preguntamos quién es más importante en el país en términos de poder, ¿el que tiene el control político o el que tiene el control económico? 

Están profundamente relacionados ambos, que no sabemos muy bien dónde llegan las fronteras de uno ni de otro. La falta de un desarrollo institucional ha hecho que el país tuviera un montón de leyes que no se cumplen, varias de ellas con muy buenos propósitos, pero que en forma reglamentaria han desnaturalizado su propósito. 

Hay otro marco grande e importante de leyes que nunca se reglamentaron y están en una especie de limbo, una especie de purgatorio legal en donde no tienen ninguna trascendencia. 

Los oligarcas rusos que construyeron sus fortunas después de la caída del comunismo, decían que en Rusia las leyes se redactan y son muy perniciosas, pero la gran ventaja es que no se cumplen. 

En el Paraguay pasa una cosa igual, creemos que la cuestión institucional significa básicamente redactar leyes, cuando en realidad lo importante no es que esas leyes se redacten, sino que se cumplan y que hayan instituciones que no sean permeables por ese grupo voraz económico.

Este grupo ha hecho del control del poder una cuestión meramente de vanidad de los políticos que trabajan como peones al frente de la organización administrativa del Estado, y los oligarcas, manteniendo grandes beneficios y grandes ventajas en las licitaciones públicas, desde las más pequeñas hasta las más grandes. Esta ecuación tiene que cambiar, si queremos cambiar.

Benjamín Fernández Bogado
Benjamín Fernández Bogadohttps://benjaminfernandezbogado.wordpress.com/
Doctor en derecho, periodista y profesor universitario. Ha realizado estudios de post grado en las Universidades de Navarra (España), Oxford (UK) Minnesota, Syracuse y Harvard de los EEUU. De esta última ha sido Visiting Scholar en el 2008.

Más del autor

Crisis en las relaciones

Un bromance con limitaciones

México se prueba a fondo

Vuelan sucursal de Bancop en Naranjal