Hace años que este multimedios viene abordando el especioso tema de las enormes cantidades de dinero que se manejan en ciertos tramos del negocio del futbol, en especial, la cotización de jugadores y sus transferencias interclubes, los jugosos porcentajes que se llevan los “empresarios” dueños de pases y los gruesos cachets que cobran los directores técnicos de campanillas.
El miércoles pasado, la plenaria de diputados pateó al corner un proyecto presentado por el legislador Edgar Acosta según el cual todas las organizaciones (uniones, federaciones, confederaciones y asociaciones) de las distintas modalidades deportivas deberán reportar sus actividades a la Secretaría de Prevención del Lavado de Dinero (SEPRELAD). Los argumentos expuestos en la presentación hablan de montos siderales de dinero que se manejan en los deportes, con el futbol a la cabeza y en especial, las dudas que se generan en cuanto al origen de los mismos. Agrega que es necesario precautelar la fuente legítima de esas sumas y por eso se hace imprescindible que tales operaciones sean reportadas a la SEPRELAD.
El proyecto agrega el componente legitimidad de origen de crecidas sumas de dinero que tampoco figuran en las planillas de la Secretaría de Estado de Tributación (SET). De manera que estamos hablando de operaciones comerciales totalmente fuera del radar de tributación y de prevención del lavado. ¿Qué tal? Evasión impositiva y lavado de activos perpetrados ante las narices mismas de Hacienda, actos que además están rodeados de todo el glamour que otorgan las idas y venidas de estrellas del futbol, de directores técnicos ensalzados o execrados (según la suerte de los resultados) y de traficantes de pases que se pasean orondamente por el país sin aportar una sola moneda al fisco.
Un diputado tuvo la audacia de banderillear al toro pero la corporación a la que pertenece evitó “tomar la alternativa”, acto que en tauromaquia equivale a finiquitar la corrida sacrificando a la res. Aquí el toro lo corrió al torero para consternación de la plaza la cual, como se sabe, tiene hospedados a conspicuos asistentes del GAFILAT, el comando continental anti lavado de activos.
La pelota fue pateada al corner y el secretismo en el futbol seguirá intacto.
No nos quejemos, después, si nos dan mala nota o nos aplazan.
