Los sumarios administrativos en el Paraguay no sirven para nada, esa es la verdad, es un mecanismo simplemente distractivo y justificador de que les interesa saber qué es lo que aconteció en dicho lugar o con esas personas.
Eso pasa desde la intervención que hace el Banco Central del Paraguay al Banco Nacional de Fomento en el caso del movimiento del dinero de Messer. Ahí la cuestión es suficientemente clara y sencilla, ninguna autoridad de estos entes se animaría en su tiempo de haber intervenido la cuenta del hermano del alma del presidente de la República, Cartes. Esa es la única verdad.
Cualquier sumario administrativo es simplemente buscar que alguna parte más débil de todo el engranaje termine pagando por aquellos que no tuvieron el coraje, la capacidad, ni la autonomía de decir: “voy a investigar esto porque me parece sorprendente que alguien de afuera, sin ningún respaldo, esté moviendo millones de dólares en un banco estatal”.
Eso pasa también en la caso de la comisaría de San Lorenzo con el escape de Roque Pyguasu, un sumario a los policías ¿para qué?, para tener que decirnos lo mismo que todos presumimos. Sabemos que el conocido delincuente se volvió a escapar con la complicidad de los policías, con quienes probablemente ya estaba actuando cuando estaba en libertad y eran sus socios de muchos de los hechos delictivos.
Es hora de acabar con estos formalismos y hacer lo que realmente corresponde. Cuando se trata de una cuestión como ésta que recoja la Fiscalía no dependiente ni temerosa de ningún poder político y haga su tarea.
Esta cuestión de seguir creando mecanismos intermedios, como el caso de la Secretaría Nacional Anticorrupción en el caso de lo que pasó en Petropar y todo lo que estaba ocurriendo en otros estamentos, el caso del viaducto de Ñandutí en el Ministerio Obras Públicas, demuestra que los sumarios administrativos no pasan de ser simplemente un pretexto para seguir continuando con lo mismo.