Bloomberg Línea
El calor extremo de este verano boreal en Estados Unidos y el sur de Europa habría sido “prácticamente imposible” sin el cambio climático, según un análisis realizado por científicos que estudian cómo influye el cambio climático en los fenómenos meteorológicos extremos.
El proyecto científico internacional Atribución Meteorológica Mundial descubrió que el calor máximo de este mes de julio (con temperaturas superiores a 45°C en México y el oeste de EE.UU., el sur de Europa y las tierras bajas de China) se hizo más probable y más grave por el cambio climático inducido por el hombre. En Europa y Norteamérica, las olas de calor habrían sido casi imposibles, mientras que el calor de China se hizo 50 veces más probable por el cambio climático.
“En el pasado, estos fenómenos habrían sido extremadamente raros. Así que habría sido una enorme probabilidad, o básicamente imposible, que se produjeran al mismo tiempo”, declaró en una rueda de prensa Friederike Otto, coautora del informe y profesora titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente del Imperial College de Londres.
El retorno del ciclo de El Niño, que calienta el océano Pacífico ecuatorial, desempeña un papel en el reciente calor. Pero el informe demuestra que no puede atribuirse únicamente a El Niño.
El calor intenso ha pasado factura a la salud de las personas, así como a los alimentos, las infraestructuras y la fauna. El calor de julio se ha relacionado con cientos de muertes, 211 de ellas en México. La demanda de electricidad para refrigeración y aire acondicionado también se ha disparado y las cosechas se han visto afectadas, incluido el aceite de oliva en España y el algodón en China.