Un vistazo al organigrama estatal nos habla de que la semántica presupuestaria y administrativa funciona a toda máquina sacando nuevas oficinas tal como una chacinería produce embutidos.
Veamos algunos ejemplos. Defensoría del pueblo, cuyos servicios son más que invisibles aunque no a la hora de cobrar salarios, ya que sus pobladores se llevan al año Gs. 13.500 millones. Mecanismo nacional de prevención de la tortura, un chiste de mal gusto que nos cuesta a los ciudadanos casi Gs. 5.000 millones al año. Sólo el episodio entre marinos y contrabandistas de la semana pasada habla de que no previenen un corno.
Ente regulador de servicios sanitarios, otro fantasma que embolsa al año Gs. 12.000 millones para “regular” un monopolio ineficiente y expoliador. Instituto Paraguayo de Artesanía, que no sabemos qué cosa impulsa o estimula porque la artesanía en el Paraguay es una de las pocas actividades de dinámica propia. Como sea, el IPA le
cuesta al país otros Gs. 11.000 millones.
Dirección Nacional de Correos, un brontosaurio anémico que sin embargo figura en el PGN con una asignación de Gs. 88.500 millones al año. Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario, con Gs. 5.000 millones de presupuesto. Para qué hablar de su utilidad, si no la tiene en absoluto.
Comisión Nacional de la Competencia, que con Gs. 5.500 millones al año no sabemos qué competencia garantiza. ¿Servirá para romper el monopolio de hecho de los frigoríficos, que tiene de cabeza a los ganaderos?
Secretaría Nacional de Inteligencia. Como maneja “información clasificada”, es difícil saber qué cornos hace y para qué sirve. Por lo pronto, cuesta Gs. 6.560 millones. Por ultimo (last but not least, dicen los gringos), citemos el Instituto Paraguayo del Indígena, que tiene una asignación anual de Gs. 63.500 millones del año pero las viviendas necesarias para comunidades nativas las construye el ministerio de la vivienda y urbanismo.
Trazando la raya final, la suma nos da la bonita cifra de Gs. 210.000 millones, suficiente para construir 1.530 escuelas de cuatro aulas y dependencia o adquirir 190 tomógrafos último modelo. El Estado ha sido concebido –allá lejos y hace tiempo- para prestar servicios. Hoy sirve apenas como oficina de empleo.
