Hoy se cumple una semana de la última cumbre de poderes de estado, segunda en este quinquenio, que al final no ha arrojado muchos resultados prácticos de soluciones, en relación a la agenda planteada.
El primer encuentro se desarrolló en el palacio de López teniendo como anfitrión a MAB. En aquella oportunidad, si hacemos una comparación con la última agenda, fue casi lo mismo. Lo que se vario fue que en el primero prometieron ajustarse los cinturones para no gastar tanto y así NO violar la ley de responsabilidad fiscal.
La de la semana pasada, que tuvo como anfitriones a los dos presidentes del legislativo, creo la expectativa de que el tema central seria el combate a la pobreza extrema, pero al terminar supimos cuál fue el verdadero propósito, asegurar sus partidas presupuestarias en miras al estudio del presupuesto 2020. Segunda vez que parodian una reunión de poderes.
Para cerrar el círculo solo falta que el presidente de la Corte Suprema de Justicia convoque a la siguiente cumbre de poderes, para que, no sé, ya que ninguna de las agendas se traduce en resultados concretos en materia de las promesas que salen de ellas, pero que al final, solo sirven para un encuentro casual para el saludo, contar como les está yendo y tal vez recordarse entre ellos algún tema que les esté apretando el zapato.
Esta es una buena oportunidad para pedir hacer públicas las cumbres, sepamos ciertamente para que se juntan y podamos hacer una auditoria y controlaría de los temas conversados. Piénsenlo y hagan una sesión abierta la próxima… tal vez, hasta se ganan la credibilidad de todos.
