Uno de los grandes desafíos que tenemos en el Paraguay es elevar los niveles de calidad productiva, no solamente en términos de un producto acabado sino también en términos de procesos.
Cuando uno observa los niveles de productividad del Paraguay en su conjunto, sean estos de carácter público o privado, vemos lo rezagado que estamos en prácticamente todas las variables.
El Paraguay necesita mejorar su calidad de mano de obra, también mejorar sus niveles de administradores o cargos gerenciales y por sobre todo saber hacer las cosas. El Know-how es fundamental, en los tiempos actuales, para colocar una marca de calidad en el mercado mundial que cada vez en menos renuente a tolerar aquello que no se hace con rigor.
La expresión Made in Germany refleja no solamente un producto sino todo un proceso y una manera de hacer las cosas en términos productivos.
El país necesita hacer una revolución en este campo y para eso hace falta insistir en los niveles de mejoramiento de la calidad de la educación, organización y fundamentalmente de mejorar los sistemas. El Paraguay como no tuvo revolución industrial, el concepto sistémico de producción no se encuentra metido dentro del chip que permita hacer las cosas con eficacia y eficiencia.
Mientras sigamos siendo un país improductivo, la economía seguirá siendo una cuestión marginal y estaremos padeciendo sus consecuencias.