El migrar consiste en el dejar el lugar de residencia de uno para establecerse temporal o definitivamente en otro país o región. Mil millones de seres humanos no viven en los lugares donde nacieron. Para aquellos que tienen parientes o conocidos que hayan emigrado de sus barrios, ciudades o países es uno de los muchos emblemas de este tiempo cómo el calentamiento global, el consumismo y excesivo uso de la tecnología que puede servir para establecer contacto con seres queridos que migrando encuentran lo que en sus hogares no existe o no se frecuenta a hacer o dar al habitante.
La disfunción política y la calamidad económica están empujando a personas de muchas naciones del hemisferio occidental en lo que Biden ha llamado la «migración más grande en la historia humana”. Para millones de seres humanos, el hambre, la violencia y el miedo resuenan con más fuerza. La disfunción política y la calamidad económica están empujando a personas de muchas naciones del hemisferio occidental a vivir una experiencia única en la historia de la humanidad.
Una realidad dramática
Este proceso es una señal o indicación que algo no estaba o está funcionando bien en nuestro hogar ayer u hoy y hace que estemos reduciendo nuestra población que ve una mejor vida fuera de acá por las condiciones, posibilidades y oportunidades que existen en otros países.
Así cómo vemos y creemos que hay millones de seres humanos viviendo fuera de sus países de origen creo no equivocarme si agrego a paraguayos a esa lista de nacionalidades que se mueven en nuestro planeta llevando sus problemas y necesidades a lugares en los que son atendidos con responsabilidad asegurando respuestas efectivas para la persona que haya migrado. Mas de dos millones de los nuestros viven en Argentina, EEUU o España.
Esta experiencia única puede transformarse en un importador y exportador de experiencias y conocimientos que les sirva a ellos cómo los lugares del cual vienen o se van, destrezas que pueden reducir los riesgos que pretenden el migrar y hacerla una experiencia más llevadera, ligera y menos problemática. También preocupa a quienes nos hemos quedado en casa esperando que vuelvan los idos y que no aumente el número de personas que migran. Es un drama complejo.