Foto: https://panampost.com/
Los camioneros paraguayos van emulando cada vez más al célebre Moyano, un dirigente sindical argentino arropado por el peronismo, que tiene múltiples negocios no solamente en el transporte, sino en otras actividades conexas y tiene un rol político que juega a favor del partido político hegemónico en la Argentina.
Cada vez con mayor frecuencia cuando llega alguien que no es del agrado, pues presionan con demandas extorsivas y chantajistas, cerrando rutas y caminos de la Argentina y con eso van demostrando su poder ante una justicia que mira impávida cómo se viola el derecho al libre tránsito, la posibilidad de que la persona se pueda movilizar sin ningún tipo de inconvenientes y que puedan ir de la mano juntos el reclamo que uno haga con el derecho de terceros a circular libremente.
En el Paraguay, con un Gobierno debilitado y con una justicia confiable, nadie se anima a aplicar la Constitución ni las normas, y esto significa que cuando se note eso como una claudicación otros sectores harán lo mismo.
Hay que estar en contra del tractorazo y también del flechazo que realmente nos demuestra que en el Paraguay estamos lejos aún de ser un Estado de Derecho, donde se cumplan las normas y donde aquel que se aparte de ella no tiene margen para el no castigo y para la impunidad.