La Hidrovía es el segundo nodo fluviomarítimo más transitado del mundo
Ayer hablábamos de los cielos de la droga y de cómo la ausencia del Estado paraguayo en el patrullaje y detección de vuelos ilegales deja francas y supertransitadas esas rutas aéreas.
Ahora hablaremos de las aguas de la droga, una de las vías fluviales más intensamente transitadas por carga pesada en el mundo: la Hidrovía Paraguay-Paraná-La Plata.
El complejo fluvial tiene 3.440 kilómetros de longitud y a todo lo largo, desde Brasil hasta Argentina, hay no menos de 110 terminales de carga, muchas de ellas en el Paraguay.
El nodo portuario más grande de la cuenca está en el Gran Rosario, ciudad de 950.000 habitantes que presenta sobre el río Paraná un área operativa de 70 kilómetros de longitud. Es un inmenso complejo industrial que en 2019 movió 68.000.000 toneladas de carga, principalmente soja en grano, aceites derivados y pellets, además de subproductos como biodiesel y harinas comestibles. Rosario es el destino de casi el 80% de nuestras exportaciones de soja en grano. El año pasado ingresaron al puerto rosarino 2.300.000 camiones, 220.000 vagones ferroviarios, 5.400 trenes de barcazas y 2.650 buques de ultramar de gran capacidad, algunos de ellos, de hasta 270 metros de eslora y desplazamiento de 110.000 toneladas.
Coincidentemente, Rosario es escenario de una creciente actividad de bandas de narcotraficantes que convirtieron grandes zonas de la ciudad en campos de batalla. Con semejante movimiento portuario, las filtraciones de drogas rumbo a Europa son numerosas: 2004, 200 kilos de cocaína en botellas de vino; 2005, 700 kilos disimulados en cargas de pescado; 2008, 608 kilos de cocaína repartidas en packs de ajo con destino a Portugal, etc.
En 2021, 16.000 kilos de cocaína en latas de yeso y pintura fueron embarcadas en el Paraguay con destino a Hamburgo y transbordo en Rosario. ¿Cómo pudieron pasar los controles portuarios? Porque al igual que las rutas aéreas, los puertos paraguayos están desprovistos de vigilancia. Dos escáneres adquiridos en 2007 y 2008 no funcionan y ahora la Dirección de Aduanas dispuso la compra de un Portal Rayos X de Alta Energía que cuesta más de US$ 5 millones.
Mientras tanto, la droga se cuela limpiamente en contenedores y todo tipo de cargas, como siempre ocurrió.
¿Desidia, complicidad, incompetencia? Puertos, ríos, aeropuertos y rutas aéreas son zona franca para el narcotráfico.
Es una vergüenza tener que decirlo.
