Analistas como las legisladoras Kattya González, Celeste Amarilla y la periodista escritora Estela Ruiz Díaz, explican las brechas con las que deben lidiar las mujeres para ocupar espacios a diferencias de los hombres.
Sin embargo, destacan que, a pesar de las dificultades, existe un progreso en los últimos años.
KATTYA
Kattya González, diputada nacional por el PEN, afirmó que la mujer va tomando un protagonismo en la escena política. Así como también en los diversos escenarios en los que se desenvuelve la sociedad.
“Esto es producto de una larga lucha. La mujer es uno de los motores principales a lo que hace la vida cotidiana. Todavía nos cuesta acceder a los espacios de poder. De 80 diputados, solo 11 fueron diputadas electas y se sumaron dos más por suplencia. En cuanto a los senadores son 8 de 45. Entonces tenemos porcentajes que rondan el 20%, a pesar de que la mujer representa al 51% de la población”, cuestionó.
Para la legisladora, la paridad va avanzando y en el próximo periodo y las próximas generaciones cosecharán los frutos del trabajo de las congresistas que lucharon por más participación.
“La mujer también está en condiciones de ejercer la presidencia de una cámara con altura. Tras cuatro años esta es la primera vez que una mujer ocupa la mesa directiva”, señaló en alusión a Norma Camacho, diputada también por el PEN quien fue electa vicepresidenta segunda.
“Las barreras familiares, los roles que impone la sociedad y que representan obstáculos para que las mujeres ingresen a la política son verdad. Las mujeres no deben sentirse menos, deben discutir con la familia para ser alternativa y que todas tengan sus espacios”, concluyó.
AMARILLA
Celeste Amarilla, diputada nacional por el PLRA, afirmó por su parte, que hay progresos, pero sigue habiendo impedimentos para que la mujer ingrese a la política. Algunos muy particulares como los quehaceres de la casa, el cuidado de los hijos y más.
“Cada mujer debe luchar en el seno de su familia. Pero cuando logra superar debe enfrentar a otros escollos como la discriminación, falta de garantías (inseguridad), falta de recursos. A la mujer le cuesta entrar. Se sigue prefiriendo hombres a pesar de que somos absolutamente iguales”, manifestó.
Señaló que tanto el hombre como la mujer son prescindibles. Es decir, ambos son iguales. Sin embargo, resaltó la capacidad intuitiva que tienen las mujeres y que las pone adelante en cuanto a los hombres para ejercer una labor política.
“La mujer es mucho más intuitiva. Eso está comprobado, capaz porque fuimos diseñadas para procrear. Quizá porque fuimos diseñadas para criar hijos. Y eso es muy importante en la vida y en la política”, aseguró.
RUIZ DÍAZ
La periodista, analista y escritora Estela Ruiz Díaz, informa por su parte que una encuesta del Sindicato de Periodistas del Paraguay arrojó los siguientes resultados; el 72% de las mujeres dijeron haber sido acosadas alguna vez en su lugar de trabajo; un 62% sintió discriminación con respecto a la promoción laboral y el 53% respondió que no se respetan sus derechos laborales.
“La igualdad laboral está muy desnivelada y con mucho camino aún por recorrer. Hay brechas no solamente en la actividad laboral sino también en el nivel salarial, según varias estadísticas oficiales. No solamente hay diferencias en lo laboral: hay distancias en paridad educativa, en salud, en política. A esto se suma el contexto de violencia que afecta a las mujeres impactando en todos los órdenes de su vida”, explicó.
Finalmente, al ser consultada sobre los valores que tiene la mujer paraguaya, afirmó que, en medio de tanta desigualdad, la mujer paraguaya es resiliente por ese titánico esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de su entorno familiar.
“Lo hace para que sus hijos tengan un futuro mejor. En Paraguay casi 700 mil mujeres son cabezas de hogar. Por ello es imperioso que el Estado rediseñe las políticas públicas para mejorar sus condiciones de vida y dejar de romantizar los ‘valores de la kuña guapa’ (mujer trabajadora en guaraní)”, concluyó.