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IA y lectura de mentes

Al leer el título pensaran que se trata de un chiste, sin embargo un grupo de científicos de la Universidad de Texas en Austin (UTA), EE.UU. lograron crear un sistema de inteligencia artificial (IA) que permite traducir la actividad cerebral de una persona.  Incluso  mientras escucha una historia o imagina una, a través de un flujo de texto. Es decir, una IA que podría leer mentes.

Tarea que algunas personas confiaban en telépatas ahora ya tienen una competencia segura que no es otra especialidad, profesión o persona con la capacidad de ingresar a nuestra cabeza y saber lo que allí se desarrolla en discreción.

“La actividad cerebral se mide usando un escáner fMRI después de un extenso entrenamiento del decodificador, en el cual el individuo escucha horas de podcasts en el escáner. Más tarde, siempre que el participante esté abierto a que se decodifiquen sus pensamientos, escuchar una nueva historia o imaginarse contando una historia.

Al acudir a un telépata o sesión de telepatía uno busca ajustar problemas que uno no puede distinguir con facilidad porque se encuentran en el espacio más difícil de acceder, tratar y/o manipular; nuestra mente. 

Oportunidad para muchos

Los expertos apuntan a que este decodificador, a partir de la IA, podría en el futuro ayudar a personas con condiciones o enfermedades que les impidan hablar. Como las secuelas de un derrame cerebral, personas con movilidad reducida, entre otros casos.

Lo que al haber leído el párrafo anterior nos deja más que claro la seria verdad que pretende ser esta novedad que a algunos les deja perplejos y boquiabiertos. 

Más pueden cerrar su boca y respirar por la nariz sin problemas, en Texas existen aplicaciones de inteligencia artificial adaptadas. Mostraron al paciente fotos de humanos en actos sociales. Y en las imágenes que devolvía la resonancia magnética empezaron a emerger ciertos destellos en su cerebro. En teoría, bastaría con ‘unir los puntos’ para dar con patrones sobre qué tipo de emociones o pensamientos pasaban por la cabeza de aquel sujeto del experimento.

En poco tiempo estaremos no solo dando nuestros códigos de acceso a nuestras redes, correos electrónicos, cuentas de ahorro a la máquina sino que esta ya podrá acceder a lo más privado y recóndito de nuestro cuerpo para que haga lo que desee o nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida. Para tener seguridad de esto debemos contar con una buena cantidad de pruebas y buenas transformaciones hechas por la máquina o IA que ya no solo se encargaría de ordenar o limpiar nuestras casas o dar los datos del clima, tráfico o nuestra agenda del día si sabrá lo que meditamos, reflexionamos y pensamos para incidir finalmente en nuestro entorno sin hacer uso de nuestros miembros para encender la luz, abrir la puerta o cambiar el canal de la tv. Incidir sin movernos o mover nada en nuestros entornos en las cosas que nos rodeen. 

Lo que tenemos que hacer ahora es esperar y estar seguros del alcance e incurrencia de la IA en nuestras vidas para estar seguros del uso que podamos hacer de la tecnología para nosotros sin que termine volviéndose contra sus creadores y destruya a quienes les hemos y estamos dando vida y utilidad hoy para que mañana se mejore y ayude bien a quien lo necesite.

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