POR BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
Varias acusaciones y con razón se han hecho a la Fiscalía General y a su titular Sandra Quiñónez y no han encontrado los miembros del Ministerio Público en sus diferentes facetas de administración que ponerse de acuerdo con la titular apoyándola ante lo que califican es un ataque despiadado de la sociedad ante ellos; no es así, en realidad la Fiscalía ha mandado señales absolutamente claras y contundentes de que no está en favor de dilucidar los hechos de corrupción o las cuestiones que tienen que ver con los números de la criminalidad.
En el Paraguay una persona que comete un delito solo tiene 1% de posibilidades de ser condenado, 99% o por que no se han hecho las acusaciones como se debieran o no se investigaron como tendría que realizarse, terminan en lo que describimos en guaraní como el “oparei”.
Y la Fiscalía en todo este tiempo no solamente le ha dicho a la sociedad me importa muy poco lo que tu pienses de nosotros cuando en el caso de Salud donde estuvo involucrada incluso la propia Fiscala General nombra a la fiscala Teresa Sosa para que se autoinvestigue y se autocalifique en torno a lo que la semana pasada fue todo un escándalo.
Si sumamos al hecho de que varios fiscales metidos en caso de corrupción y en hechos escandalosos vuelven a tomar hechos de corrupción y hechos escandalosos es lógico que la gente termine percibiendo que la Fiscalía General del Estado que tiene mayoría abrumadora mujeres en los cargos de fiscalas no esté haciendo lo que debería y la sociedad tiene todo el derecho a pedirles cuentas, a decirles qué es lo que no realizan pero no a buscar entre ellos una solidaridad, huele mucho a complicidad.