Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La decisión del Poder Ejecutivo de reducir salarios del sector público parece lo más atinado en cualquier circunstancia ante una pandemia que pone en entredicho incluso la posibilidad de que puedan cobrar el resto de lo que dicen que quedan para pagarles.
También pone en discusión la forma en que se ingresa al sector público, que se intentó malamente en las administraciones anteriores de hacerlo vía concurso, pero no se ha logrado. La otra es una cuestión de realismo, ver cuánta gente necesita el Estado y dónde se requieren, aquellos empleados que puedan brindar lo mejor en términos de idoneidad, y el tercer argumento es la cuestión de las bonificaciones, que van más allá del salario y que el ex ministro de Hacienda de Cartes, Hernán Rojas, había unificado en 2014, pero una vez unificado salario más bonificaciones, volvieron poco tiempo después por sobre la matriz salarial recientemente creada.
Es el tiempo de poner orden en las cuentas del Estado. No hay ninguna garantía de que podamos pagar a 320 mil empleados públicos el próximo 30 de abril, y deberían entender de que entramos todos los paraguayos en modo sobrevivencia, y a ellos también les toca una parte de dicha realidad.
