¿Cómo harán para no desconcertar a la ciudadanía?
Concertación es, según la Academia, la acción o efecto de concertar algo, por ejemplo, componer, ordenar o arreglar las partes de una cosa. También puede ser pactar, ajustar o acordar un negocio pero también otorgar identidad de fines o propósitos a cosas diversas o intenciones diferentes.
Desde que se pronunció por primera vez la palabra concertación y la gente empezó a amucharse en fotos multitudinarias, es posible leer pensamientos sueltos de todo tipo y pelaje.
Alguien definió la iniciativa como un modelo válido dentro del cual bajar a tierra las promesas de mejorar la salud, la educación, la seguridad y demás comodines electorales. Se asegura que el buque insignia de la concertación ya ha zarpado, sin especificar quien lo capitanea ni quienes lo tripulan. Por allí, un proto-candidato suelto en cubierta se autodefinió como capaz, valiente y honesto, aunque parece que más bien se trataría de un líbero escapándose por el andarivel derecho, o el izquierdo, qué mas da.
Desde luego, esta abigarrada procesión asegura que su éxito dependerá de cuán eficientes sean unificando propuestas, cerrando acuerdos y confeccionando listas de candidatos con ciudadanos comprometidos. Para hacer más interesante el panorama, o complicarlo, se habla de ir juntos para Presidente de la República pero separados para legisladores. Pero eso sí, buscando consensos amplios y transparentes, dentro de un marco de competencia igualitaria. Y cuidado, advierten, están equivocados quienes creen posible avanzar sólo definiendo chapas presidenciales.
Algo muy interesante quedó expuesto rumbo a las elecciones de abril próximo. En uno de los tantos show room de candidatables que menudean en estos días se afirmó que “se abre una oportunidad de que dos mujeres, en una democracia que no terminó de perfeccionarse por falta de candidaturas femeninas, puedan ofrecer sus conocimientos, trayectoria y perfil absolutamente diferente…”
No es un mensaje muy alentador para las mujeres que hasta ahora han estado militando en la política siendo diputadas, senadoras, concejalas, candidatas a vicepresidenta, ministras, presidentas de partidos políticos, intentendas municipales, embajadoras y administradoras de entes públicos. Algo así como “corranse, que aquí venimos nosotras…”
¿Concertación? Habrá que tomárselo con calma… y con algun estabilizador emocional, por las dudas.