Aunque la visión más popular del adiestrador canino sea la de Cesar Millán, que acude cuando nuestros perros son agresivos y lo destrozan todo, un adiestrador va mucho más allá. Pueden educar al perro desde ser guía hasta que aprenda a no tirar de la correa, que haga sus necesidades fuera de casa e incluso que no sea un perro nervioso y esté tranquilo.
El adiestrador canino Daniel De Paula confiesa que trabajar con los animales es el sueño más cumplido en su vida. Cada lunes en la mañana se levanta con la alegría de saber que va a ayudar a una familia y su mascota a entenderse y vivir en armonía.
Ser adiestrador canino es probablemente el ideal de muchos, y es que como se suele decir “si escoges un trabajo que te gusta y te apasiona no trabajaras ni un solo día de tu vida”. De Paula afirmó que en el Paraguay su profesión está muy subestimada y no se le da el realce que corresponde, más aun con los que tienen experiencia y han sido formados en el exterior.
“Para tener una conexión con los perros, hay que conocerlos primeramente, tener el parámetro de la genética. Si se encara con temor o duda, el perro nos supera, pero una conducta confiable, una postura firme, hace que empiece una conexión de trabajo que se va negociando a través de los días para tener una confianza plena”, afirmó De Paula.
Agregó que todos los comandos que va consiguiendo el perro a través de la voz de los adiestradores los van pasando al propietario para que también haga lo mismo con el perro, que no sea un soldado por un lado, y un maleducado con el dueño.
“Es importante el vínculo de trabajo, no es llegar, poner un collar, sacudir o llevarlo de mala manera. El primer encuentro es lo que marca para el perro si somos buenas o malas personas. Con el maltrato no llegamos a nada, simplemente tenemos un perro inseguro y que odia la raza humana”, aseguró el adiestrador.
Señaló que pululan en el país los adiestradores empíricos o lo que se prepararon técnicamente alguna vez, pero se han quedado en el tiempo, pues cuando no están actualizados en las nuevas técnicas y prácticas con relación al adiestramiento vienen los problemas de conducta.
“Lo que tiene que hacer la gente es informarse de quién va a trabajar con el perro, de dónde viene, qué estudios tiene para entregarle a su mascota que es parte de su familia, hay que manejarlo con mucho profesionalismo. No es solamente tirar un collar, decirle soy el líder y punto”, enfatizó De Paula.
Compartió una experiencia personal reciente en la que encontró un perro traumatizado que había sido educado por “un adiestrador”. En ese sentido, explicó que la educación vuelve a empezar de cero, ganando la confianza del can para poder lograr cambios.
LOS MOTIVOS
La mayoría de las personas educan y adiestran a sus mascotas de forma independiente en sus casas, pero esto no siempre sale bien, lo que puede derivar que en un futuro tu amigo de cuatro patas desarrolle problemas de conducta tanto contigo como con otros animales. En este caso el adiestrador canino se encargaría de identificar problemas de conductas y encontrarle una solución.
De Paula mencionó que cuando es cachorro la misión es la de educar ya que puede ser muy travieso, no hace sus necesidades donde el propietario quiere que haga o muerde cosas indebidas. Cuando es adolescente o adulto puede que muestre un carácter no muy sociable, ladre a personas y otros perros, y la educación sea todo un fracaso.
“En 2004 ya tenía interés por la profesión, pero me manejaba con mucho cuidado porque no había énfasis en el tema de perros en el país, luego se dio un viaje y por mis propios medios fui afianzando el adiestramiento. Unos 7 meses antes de la pandemia fui al exterior a seguir capacitandome para estar actualizado y así capacitar a otro grupos de trabajadores, ya sea en adiestramiento básico como en el trabajo de detección y búsqueda, existe un amplio espectro de trabajo con perros”
Actualmente De Paula tiene 6 perros que están haciendo el adiestramiento básico 4 veces por semana, además de las visitas evaluativas a los cachorros donde va a los domicilios y deja toda la enseñanza educativa para que el propietario responsable haga el trabajo.
“El cachorro respeta a su familia, sabe cuál es su lugar de descanso, de alimentación, hace sus necesidades, sabe donde puede entrar y donde no, y se va haciendo el aprendizaje para que esté más estable y equilibrado”, refirió el especialista.
Finalmente expuso que uno tiene que amar lo que hace. “Es simple, solamente porque te enviaron a hacer algo, porque aprovechaste una oportunidad de ser adiestrador, muchas veces no resulta, el perro entiende cuando uno lo hace obligado, sin interés hacia él o pidiendo resultado para que el humano se crea superior, no es imponer una ley al perro de que yo soy el que mando, uno debe amar lo que hace, y hacerlo con el mayor aprecio”.
Los interesados en contactar con el adiestrador canino Daniel De Paula pueden hacerlo al (0982) 284 554
