Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Los ministros son fusibles, dicen aquellos cuando terminan por sacar del cargo alguien que fue nombrado secretario de Estado. Por el otro lado, son muestras del nivel de compromiso, confianza que tenga el Presidente de la República con un proyecto determinado, y cuando uno observa el nombramiento de Castiglioni, quien fue electo por el pueblo para ser senador, pero que hizo una negociación con Abdo diciendo “yo lo que quiero es ser canciller” y luego participa del escándalo del tratado del acta del 24 de mayo con Brasil, del tema de Itaipú, tiene que ser sacado a empellones.
Retorna al cargo de ministro luego de su paso de nuevo como senador, diciendo que había sido sujeto de una injusticia en mayo. ¿La injusticia fue la de quién? La de Abdo de sacarlo, la injusticia fue la de él que no controló la negociación paraguaya o facilitó que Brasil tuviera ventajas en el tema de la negociación con nuestro país, en el delicado y urticante tema de Itaipú, son algunas de las cuestiones que no han sido respondidas hasta ahora por Castiglioni.
Lo que se nota es un extraordinario apego a los cargos públicos, sin importar que es lo que realmente deba desempeñar más que su propia vanidad. Castiglioni quiere volver a que le digan todas las mañanas Señor Ministro porque no le contentaba ser llamado Señor Senador, y esto nos demuestra también de que hay que cambiar las normativas.
Si alguien elige a alguien para que sea su senador, el diputado no puede terminar siendo posteriormente ministro a su gusto y antojo solo en el Paraguay. Elegimos a alguien para un cargo que después inmediatamente nos traiciona, llevado por sus intereses crematísticos o por sus intereses egoístas.
Es el tiempo de poner también punto final a aquellos a los que elegimos para un cargo determinado y después terminan yendo a otro completamente distinto, y cuando se elige a un diputado también se refleja el carácter que le damos para el ejercicio de dicha actividad.
En el caso de un ministro, cuando un presidente nombra a alguien, lo está haciendo por el nivel de confianza, aprecio o capacidad que tenga esa persona para desempeñar un cargo. O sea, cuando vemos a Castiglioni de Ministro vemos en realidad a Abdo escogiendo a alguien que había sido acusado de traidor a la patria.