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El pegging: Cuando es ella la que penetra

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¿Has escuchado alguna vez sobre el pegging? Es una de las técnicas sexuales que cada vez se practican más. Se trata de que durante las relaciones sexuales sea la mujer quien penetra al hombre, usando un arnés que lleva incluido un pene. 

De esta forma, la mujer toma el control en el acto sexual. Por supuesto, no es necesario tener pene para llevar las riendas de un encuentro sexual pero, ¿y si pudieras lograr un efecto parecido?

La reconocida sexóloga mexicana Leidy Constanza Montoya ha hablado de este juego de roles en sus charlas y redes sociales. En esta nota te contamos todo lo relacionado con el pegging y quién sabe, quizás al final de la lectura te animes a probarlo.

Primeramente, la sexóloga explicó que es una práctica que permite la estimulación de la próstata en ellos, quienes disfrutan y reconocen la sensibilidad de la zona anal.

“No significa que sean homosexuales, ya que ese calificativo está relacionado con la atracción, mientras que en este caso es simplemente sentir placer u orgasmo al recibir la penetración de sus parejas mujeres. Para realizarlo es importante el consentimiento, quienes participen deben desear hacerlo”, explicó la especialista.

Es importante elegir entre ambos el tamaño y forma del juguete a introducir, preferiblemente delgado en principiantes, y si se puede con alguna curvatura que facilite la estimulación de la próstata.

En cuanto a qué posturas son las más recomendadas, depende cuáles les parezcan más excitantes, pero las clásicas como el perrito son una buena manera de empezar.

Según la sexóloga, regularmente se consiguen dildos con arnés que permiten sujetarse a la cadera de la pareja para facilitar la penetración y el lubricante es básico para evitar dolor y facilitar la práctica. 

“Se puede utilizar lubricante anal que tiene ingredientes para relajar la zona, o también lubricante de silicón ya que no se absorbe tan fácilmente. Sin embargo, este lubricante no se recomienda en juguetes del mismo material, ya que lo deterioran”, detalló.

Algunos otros consejos que dejó la especialista fueron preparar la zona evacuando el intestino por lo menos dos horas antes o usar algún enema para tener limpia la zona y excitarse mutuamente con las prácticas que deseen antes de pasar a penetrar.

“Lubricada la zona, se puede iniciar por intentar con el dedo, y posterior poco a poco el dildo. Los movimientos deben ser suaves y al ritmo que quien recibe exprese. Él por su parte, puede estimular si glande para disfrutar mucho más de la práctica. Aunque no es algo que muchas parejas se atrevan a experimentar, lo más importante es comprender que existen diversas formas de sentir placer”, destacó Montoya.

Uno de los grandes miedos que impide lanzarse a probar la penetración anal es el relacionado con en el temor a sufrir dolor. Existe también el miedo a ser estigmatizados en una opción sexual distinta a la suya, como si los juegos de cama pudieran alterar la orientación de golpe. Sentirse culpable por gozar del sexo en su máxima expresión no es nuevo. 

ALGUNOS CONSEJOS PARA HACER PEGGING

Para realizar esta práctica solo es necesario un arnés con un dildo o vibrador. El arnés que escojan dependerá de cuál les resulte más cómodo, los hay muy cómodos y otros como los de tiras ajustables, con cadenas. En cuanto al juguete con el que penetrar suele ser un dildo de silicona o un vibrador.

Si es la primera vez que lo vas a hacer, lo más recomendable es uno fino y no con mucha longitud que sea de silicona 100% médica, el material más seguro. Después cuando se acostumbren pueden ir aumentando el tamaño y grosor. 

Se puede combinar con un vibrador para que aporte otras sensaciones y que la experiencia sea más excitante. Es importante hacer penetraciones cortas con los dedos para ir acostumbrandose a las sensaciones. Cuando él se sienta cómodo será el momento de pasar a usar un arnés.

Es mejor usar un lubricante de base acuosa. El ano no tiene lubricación propia y es muy absorbente. Lo más recomendable es ir poco a poco. Explorando las sensaciones y viendo cómo respondemos. La relajación es imprescindible porque si estamos en tensión no será una práctica nada placentera, es más, podemos hacerle daño.