Arrastrar tu cuerpo agotado del trabajo a la casa se asemeja a cargar con kilos y kilos de plomo, imposibilitando así tu normal movilización. Como si fuera poco, sumándose a esa agonía, se presenta también una pesadez mental que te nubla las ideas y no te permite pensar con normalidad.
Todos tus sentidos te están pidiendo a gritos que descanses un poco más y trates de dormir mejor, pero haces caso omiso a las alertas de alarma que te lanza el cuerpo, creyendo que aún podés resistir a actividades mental y físicamente desgastantes.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que forman parte de la agencia de investigación médica de EE.UU, cuando uno está cansado, no tiene el mejor rendimiento posible. Por ello, dormir bien ayuda a pensar con más claridad, a tener mejores reflejos y a concentrarse mejor.
Entonces, cuando la falta de sueño se convierte en protagonista de tu vida, se enreda en tu día a día, constituyendo una desgastante rutina que amenaza con colapsar tu mente. Lo más básico empieza a resultar difícil: hacer las tareas de la facultad, limpiar la casa, hacer las compras de los alimentos diarios, etc., ya no existe un lapso de paz, y dormir ya se presenta como algo muy ajeno y lejano a vos.
LA IMPORTANCIA DE DORMIR BIEN
“El sueño es una conducta normal que forma parte de la supervivencia del ser humano y eso implica que para vivir de una manera sana resulta necesario dormir bien”, destacó Giselle Ripa, licenciada en Psicología Clínica.
La profesional comentó que el sueño tiene una función reguladora y restauradora del cuerpo, recomponiendo de esa manera toda la energía gastada durante el tiempo en que estamos despiertos. Así también, dormir bien ayuda a mantener en equilibrio algunas funciones fisiológicas como la temperatura del cuerpo, la presión arterial, etc.
“La falta de energía es uno de los efectos más conocidos de la falta de sueño; así también afecta en la conservación de la memoria y el mantenimiento de la concentración”, citó la psicóloga.
En cuanto a las consecuencias más psicológicas y relacionales, Ripa destacó la facilidad para caer en la irritabilidad y llevar a cabo peleas con quienes nos rodean. Igualmente, no dormir suficientemente o en su totalidad produce mayor posibilidad de ansiedad y depresión.
CONSIDERACIONES AL DORMIR
“Si bien la cantidad de horas que dormimos es muy importante, la calidad también compone un aspecto esencial”, indicó la profesional. Si al dormir mucho tiempo, igual te sentís cansado o te despertás muchas veces en medio de la noche, implica una mala calidad del sueño.
Al respecto, Ripa aseguró que practicar “la higiene del sueño” ayuda a mantener un hábito sano a la hora de dormir, mejorando la cantidad y la calidad del sueño. Esta práctica ayuda principalmente a quienes padecen de insomnio u otras alteraciones del sueño.
“Algunas recomendaciones para la higiene del sueño puede ser establecer un horario fijo para acostarse a dormir, evitar la realización de actividades físicas muy intensas antes de dormir y prevenir el consumo de alimentos con cafeína o estimulantes energéticos si estamos por dormir”, aconsejó la especialista.
Llevar un hábito desordenado de sueño, eventualmente te pasa la factura en el cuerpo, que no consiste en una máquina que podés encender o apagar. Entonces, resulta indispensable estar conscientes de nuestras limitaciones y, así también, velar por nuestra estabilidad física y mental.
