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De fundaciones y oenegés

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En torno al tesoro público moscardonean todo tipo de asociaciones en busca de alguna tajada. Son las denominadas organizaciones no gubernamentales y las fundaciones. Con sólo googlear ambos términos tendremos una definición rápida de ambos grupos.

Como organización no gubernamental se entiende, en todo el mundo, aquellas instituciones sin ánimo de lucro que no dependen de la administración del Estado y que realizan actividades de interés social. Al no depender del Estado se entiende que tampoco deben recibir fondos de ese origen. Y por una razón sencilla. Al tener un carácter independiente y no vinculado al Estado, sus manos están libres para operar sin interferencia ni supeditación alguna de los gobiernos.

Luego están las fundaciones. Para tener una fundación hace falta un fundador, definido como una persona que tras una vida destinada a incrementar su patrimonio personal, decide destinar parte de él a alguna actividad benéfica, generalmente de carácter religioso, educativo, de apoyo a la salud, la ciencia, la investigación o cualquier otro fin de utilidad pública.

Ambos tipos de organización están facultados, según el ordenamiento jurídico de cada país, a efectuar actividades rentables con el fin de sostener el patrimonio destinado en forma exclusiva a los fines específicos de su formación. Eso les permite gozar de un tratamiento impositivo especial.

Como se ve, “tener” una oenegé o una fundación es algo más que dibujar un logotipo, champurrear un lema cualquiera y prenderse del Presupuesto General de la Nación. Hay que disponer de recursos genuinos, tener un esquema de inversiones y una estructura administrativa profesional, todo por cuenta propia. Es decir, deben ser autosostenibles e independientes. Y lo principal: mantener un equipo operativo encargado de cumplir con los fines específicos para los cuales la entidad fue creada.

Todo lo contrario es lo que impera en el Paraguay, con fundaciones y oenegés que surgen como hongos sin saberse, en su mayoría, para qué demonios sirven. El Poder Ejecutivo y el Congreso saben muy bien que gran parte del presupuesto aprobado para estas asociaciones es plata tirada en vividores profesionales.

Entonces, ¿por qué insisten en este derroche? ¿Por qué siguen estafando al contribuyente? ¿Cuándo piensan poner fin a este carnaval?

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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