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Crepitemos

Hace unas horas atrás en uno de los días que todavía es invierno en Paraguay me tocó compartir un mate y la construcción de un fuego para enfrentar a uno de los largos y extraños días fríos que vamos teniendo en el país. A diferencia de esta semana que luce ser una templada, en la que el frío desaparece, abriendo sus cortinas para presentarnos temperaturas máximas entre 29 y 27 grados. Resulta que en el desarrollo del fuego que tiene su tiempo y ceremonia cómo me apuntaba el compañero responsable. Las leñas arden y crepitan.

Se dan momentos de aprendizajes, de lecturas profundas y de agregar un nuevo vocabulario que se selló en mi mente y lo usó para titular este trabajo porque deseo comparar el sonido que emite la madera quemada y el nacimiento del fuego que es luz y calor. Dos elementos importantes no solo en invierno, sino toda la vida por la necesidad que tiene el cuerpo humano de ver bien su entorno y mantener una temperatura templada en su sistema externo e interno así cómo cocinar sus alimentos. Solo aquí el 70% de la cocción de ellos proviene de biomasa (leña y carbón)..

Un temple que es solo posible tener si es construido y mantenido por los personajes interesados en el fuego, que puede quemar o cegar, y todo depende de cómo es manipulado. El fuego es filosófico cómo lo sabe Platón en su profunda reflexión en las cavernas.

Volviendo a la palabra de crepitación que es ruido que se produce al crepitar algo, en especial, el que produce la leña al quemarse. No es mañana, pasado o la semana que viene, más las elecciones presidenciales se encuentran a una distancia que con los días que pasan el cuarto mes del 2023 está aquí sin dudarlo. Lo que significan crepitaciones conocidas, que resuenan y repiten el nombre de candidatos. Que no es extraño experimentar antes de las elecciones.

Una que será en definitiva por la juventud paraguaya, una que forma la mayoría en la sociedad nacional y que el día de sufragar, determinaría el gobierno que tocará al Paraguay desde el 2023 hasta el 2028. Tiempo en el que el ciudadano se debe destacar por hacer un crepitar racional y oportuno para que el gobierno responsable pueda prever los problemas y actuar bien para responder bien a las necesidades del que eligió el gobierno que en unos meses asumiría la dura responsabilidad de administrar no una empresa sino un país.

Cambiar para no seguir quemados
Los recursos deben ser utilizados para ensanchar la bolsa de la Nación para que sirva para que la misma crezca y se desarrolle bien, haciendo no solo más cómodos y seguros sus rutas sino sostenibles y libre de complicaciones sus programas educativos y de salud. Ello no solo depende de los beneficiados, servidores y lo que debe dar el Estado sino por sobre todo el cuidado de los que no sólo debe crepitar bien colectivamente

Al notar que sus elegidos no trabajan bien, ya sea por desinterés en sus funciones, por no saber cómo manejar el poder que los termina manejando o por otros errores que son habituales en la política el crepitar debe ser para quemar a los malos políticos.

Los sentidos del ciudadano deben estar cómodos en su país, sin que este sea un escenario de ruidos que terminen crepitando los bolsillos, la salud y seguridad del demos que debe ser lo suficientemente maduro no solo para elegir y exigir sino también para construir ese país que los políticos dicen que merecemos y que muchas veces no lo hacen. Quememos racionalmente lo bueno y lo malo.

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