Los aficionados forman ideas modélicas de sus deportistas. Esperan que su conducta dentro y fuera de la cancha sea ejemplar pero no siempre ocurre así.
El fútbol es uno de los deportes en el que no solo se destacan figuras importantes que con el movimiento y jugadas hechas con el balón van imprimiendo en medios de comunicación y en la mente de fanáticos sus nombres que los recuerdan por goles hechos, buenas ideas expuestas o por sus paseos por espacios de juicio. Ahora un caso judicial golpea a una de las estrellas del balompié mundial. Se llama Benjamin Mendy, es francés de 27 años y juega en el Manchester City, no fue juzgado por haber ometido una falta en su trabajo sino fuera del mismo y no contra otro futbolista sino contra una mujer que fue víctima de una violación cometida por este deportista. Su energía y preparación se esperan ver desarrollada en el gramado y no fuera de este y menos en hechos serios cómo abusos sexuales a una dama.
Delito reiterado
Lo peor de esto no está en el caso de Mendy sino que es la séptima vez que se ha identificado a este hombre en el mismo grave hecho de haber violado a una mujer.
Este defensor francés del Manchester City, de 27 años, fue acusado de más violación durante su comparecencia ante la Corte de la Corona en Manchester (noroeste de Inglaterra).
En el futbol ya hemos sido testigos que mucho ha cambiado en el tiempo, desde reglas, cifras de remuneraciones, fanáticos, goles y dimensiones de estadios, donde siempre cómo espectadores del deporte esperamos ver que nuestras estrellas brillen y no fuera del mismo y menos en caso cómo el de Mendy, campeón del mundo con Francia en 2018 y que ahora se enfrenta a siete cargos de violación de cuatro mujeres y un cargo de agresión sexual de una quinta.
Esto nos hace concluir el cuidado de su vida profesional y normal de todo deportista que también mancha el nombre de la institución donde juega y los fanáticos que lo siguen. No es el primero ni será el último. Los millones que ganan anualmente personas con esa formación educativa y ética llevará a muchos a los estrados judiciales siempre y es bueno que así sea.