La final de la Liga de Campeones en París que coronó el decimocuarto título europeo del Real Madrid resultó casi una pesadilla para miles de aficionados madridistas y del Liverpool.
Problemas en los accesos, robos y agresiones marcaron el prólogo y epílogo del gran duelo anual del fútbol europeo. El gobierno galo asegura que contabilizó más de 2.500 entradas falsas, ¿cuáles pueden ser las medidas para evitarlas?.
Los robos y agresiones sufridos por los aficionados blancos y ‘reds’ que acudieron al encuentro marcaron el inicio del partido, que tuvo que empezar con más de media hora de retraso sobre el horario previsto. Según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, unas 110.000 personas se presentaron en el Estadio de Francia de Saint-Denis, mientras que solo había 75.000 entradas para asistir a la final.
El dispositivo de seguridad, con más de 6.800 efectivos repartidos por toda la ciudad de los cuales 2.000 estuvieron en el estadio y sus alrededores, no consiguió evitar estas situaciones, que generaron más de 77 detenciones, según las autoridades francesas.
Tanto los hinchas españoles como los ingleses podrán presentar denuncias a partir del próximo lunes en las embajadas de Francia en ambos países. Fuentes de la policía española y de instituciones deportivas que han organizado finales europeas recientemente declinaron a EFE hacer valoraciones sobre el dispositivo.
Las autoridades francesas han puesto el foco en las entradas falsas, con una estimación inicial de que hasta 35.000 aficionados acudirían sin entrada o con un boleto falso. Hasta 2.800 boletos ilícitos habrían sido detectados por los escáneres del Estadio de Francia, según adelantó ‘RMC Sport’.
El ministro del Interior galo confirmó en una comparecencia ante el Senado que 2.589 entradas falsas fueron detectadas en el primer filtro del estadio, todas en los accesos de los aficionados ingleses. Una entrada llegó a ser duplicada 760 veces y otra 744, aseguró Darmarin.
Se trata de una cifra muy superior a lo habitual en grandes eventos deportivos, explica a EFE Jorge Díaz, consejero delegado de la plataforma de venta de entradas Hellotickets, especializada en la venta de espectáculos deportivos y culturales a nivel internacional, y que trabaja con alguno de los clubes más reconocidos del fútbol español.
«Es algo muy excepcional. Nosotros hemos tratado con muchas entradas y ver casos de entradas falsificadas no es común. Ha habido muchísimas finales de ‘Champions’ y no suele haber tantas entradas falsas», opina. Incluso las empresas de reventa del mercado tratan de asegurarse de que los billetes que ofrecen sean verdaderos, porque si no, esas entradas no van a funcionar en los filtros de entrada, como ocurrió en Saint Denis.
EL CONTROL DEL COMPRADOR, LA CLAVE
Bajo el punto de vista de este experto del sector, los sistemas tecnológicos que emplea la UEFA para autentificar las entradas son adecuados, pero el mayor de los problemas no es ese, sino el control y la identificación de quiénes son los compradores de esas entradas. «Lo importante es controlar todo lo posible quién compra, al que se puede identificar y controlar si ha intentado varias compras. En un partido de ‘Champions’ en el que entran miles de personas, por seguridad no puedes perder el control de quién va a ir», explica.
La UEFA distribuyó 52.000 de las 75.000 localidades disponibles para la final aportando 20.000 a cada equipo, que se encargó de la distribución entre sus aficionados, y reservando otras 12.000 para los aficionados de todo el mundo a través de su propio portal de venta. El resto se distribuyeron entre la UEFA, la organización local, federaciones y los compromisos comerciales de la confederación del fútbol europeo.
¿Cómo se puede evitar que esos boletos se salgan de los cauces oficiales y acaben dando lugar a fraudes? Según este especialista, abriendo su disponibilidad a más canales de venta reconocidos que faciliten que los usuarios accedan por una vía legal y no busquen una alternativa potencialmente fraudulenta. «En general, la venta de entradas para eventos deportivos es bastante opaca», afirma Díaz.
El consejero delegado de Hellotickets pone el ejemplo de las aerolíneas. «Tú puedes comprar un billete de avión en 37 webs y todas proceden del mismo sitio, nadie te va a falsificar billetes de avión. Antes de Netflix la gente descargaba películas, ahora no. Salieron entradas de Champions para el público general, pero en una web que puede que no esté en tu idioma, poco accesible, y acabas en otros canales. Y en esos canales, que son sitios populares para comprar entradas, se pueden colar falsificaciones», argumenta.
Bajo su punto de vista, que los clubes y organizadores de competiciones hicieran un esfuerzo tecnológico para que sus boletos estuvieran disponibles en más puntos de venta seguros de diferentes países ayudaría a evitar este problema. «Hace unos años, si le dijeras a Iberia que sus billetes de avión se iban a vender en otros sitios, te diría que no. Si vendes en más lugares, las webs de entradas falsas se desvanecerán de forma natural», subraya.
EL FUTURO: BIOMETRÍA PARA ACCEDER AL ESTADIO
A los canales de venta se suman las tecnologías de verificación. Un territorio complejo, advierte Jorge Díaz, cuya compañía comenzó en 2019 a investigar con la autenticación de boletos a través de tecnología ‘blockchain’ o de cadena de bloques, pero tuvo que reorientar su negocio al descubrir que ese método requería un conocimiento técnico no al alcance de todos los aficionados.
Sin embargo, algunos clubes de fútbol comienzan a dar pasos en este sentido, aliados con otra innovación: la biometría. El Osasuna de Pamplona implantó esta temporada en el estadio de El Sadar el primer acceso biométrico para sus socios, de la mano de dasGate, una empresa tecnológica navarra especializada en biometría facial, verificación de la identidad y control de acceso.
El sistema requiere que el abonado escanee su tarjeta de acceso en una aplicación móvil con la que luego se realiza una fotografía frontal del rostro, que es la que el dispositivo de la entrada reconoce automáticamente al acceder al recinto. El método tuvo que ser validado por LaLiga, que es la encargada de gestionar los accesos en el fútbol español.
Esta tecnología, ya utilizada por el club con sus empleados en las oficinas, se puso en marcha el 10 de abril en el Osasuna-Alavés y posteriormente se amplió a ocho puertas diez días después, en el duelo contra el Real Madrid. En el último duelo como local lo utilizaron más de 1.000 espectadores, explicaron a EFE fuentes del club, sin ningún fallo registrado. Ni siquiera de aficionados con gafas, gorro o pañuelo.
El resultado es que se acelera el acceso: con el acceso biométrico la media es de 20 personas por minuto, una cantidad muy superior a la de las tarjetas o localidades tradicionales. Los últimos 4-5 minutos antes de los partidos es el momento cuando más gente se aglomera en las puertas y con este sistema aligeran mucho el proceso. “El grado de satisfacción de la gente que lo ha utilizado es muy alto”, aseguran a EFE desde Osasuna.
¿Llegará la biometría a las finales de Liga de Campeones? Se antoja complicado por las dimensiones de una final de este tipo, pero es una alternativa más en la búsqueda de facilitar el acceso a los aficionados a los grandes espectáculos deportivos y evitar situaciones como las vividas el pasado sábado en Saint Denis. EFE