Un animal inofensivo y casi víctima de nuestra ignorancia diaria. Es lo primero que se nos ocurre para descalificar, marginar u ofender a aquellos que sufren de un mal que lo lleva para toda su vida, la falta de capacidad intelectual para poder enfrentar los principales desafíos que se nos presenta a diario.
Las palabras de la Diputada Celeste Amarilla durante el tratamiento del Presupuesto 2020 desnuda una deficiencia que no podemos apartar de la realidad que nos afecta. Es verdad que tenemos muchos inconvenientes en la formación académica de nuestros maestros y por efecto domino afecta a los estudiantes. Pero quienes son los responsables de este lamentable sistema educativo que no nos saca del pozo donde nos encontramos?.
Gran parte de la responsabilidad, irrenunciable, es del sector político que siempre se benefició de la pobreza en todos los ámbitos, postergando por décadas la prioridad de generar una sociedad más integra, con seguridad, con salud, con niños sin desnutrición y una sistema educativo que no solamente nos enseñen a leer y escribir, sino también a pensar. Y pensar es lo más peligroso que pone en amenaza a una casta de personas que viven de la política.
Lo digo con palabras sencillas, sin recurrir a datos técnicos, sin las estadísticas que terminarán hundiéndonos más. La Diputada Amarilla puede seguir calificando de burras a las docentes, burros a los maestros, burros a los estudiantes que salen sin saber interpretar un texto, burro a los universitarios, que son un porcentaje reducido, que terminan sus carreras, pero que no que se olvide la Diputada Celeste, que también están los políticos burros, también están en la clase política personas que siguen creando burros.
Vuelvo a mencionar que el animal ofensivo no tiene la culpa de que utilicemos la palabra burro para descalificarnos, para tratarnos de menos, pero si los políticos siguen en la joda, “los burros” serán cada vez más y eso será más peligroso para ellos, porque los burros se cansaran de ser burros y empezaran a dar patadas a sus creadores. Dejen de robar e inviertan en educación, HONORABLES BURROS Y BURRAS.