La difícil situación que golpea al chaco paraguayo despierta la preocupación del país entero. El rally, sitio donde este lugar suele ser hogar habitual, se vio obligado a modificar su calendario. Esto brinda a los pilotos la posibilidad de extender el tiempo para preparar sus máquinas.
Alberto “Beto” Ramírez, competirá este año por segunda oportunidad en lo que es la carrera más importante a nivel local. En la corrida será la segunda en la trayectoria de Beto, quien tras sufrir un grave accidente, no se rindió, y siguió luchando para conseguir llegar siempre a la meta.
“Previo a esto se corrió lo que se conoce como el pre-chaco, que es como la etapa de clasificación. Allí estuve con Malala Olite y ganamos la carrera. Para la carrera que viene vamos a trabajar con Francisco Velázquez”, recordó Beto. Pese a sus buenos antecedentes, el corredor no se ve como favorito. “El Chaco es muy estrecho y pueden pasar mil cosas. Tenemos la esperanza de quedar en buena posición, sobre todo porque contamos con un muy buen auto”, apuntó.
Para la salida que se realizará en octubre, Beto se encuentra preparando, con todo su equipo de trabajo, su Toyota Etios, y para esto cuneta con el apoyo de Toyotoshi, Credicentro (main-sponsor) Lasca, Agua Cell y varias otras empresas. “Ahora mismo somos aproximadamente 10 personas trabajando. Buscamos mejorar lo realizado el año pasado, que para ser la primera vez no estuvo mal”, recordó. En su primera participación, Beto terminó en la cuarta posición, y destacó que, por la dificultad del recorrido, el simple hecho de llegar a la meta es todo un mérito.
SUPERÁTE
Las lesiones, accidentes o contratiempos físicos, muchas veces pueden ser el punto final de la carrera de un deportista. Beto Ramírez, contrario a esta idea, superó una desgracia que muchos verían como definitiva y hoy día sigue corriendo tras sus sueños.
En el año 2016, el corredor realizaba una práctica en la Rioja, Argentina. El objetivo era sortear las altas temperaturas; en un momento, pierde el control de su cuasi y la misma se le viene encima.
Luego de un largo proceso de rehabilitación, Ramírez salió adelante y pasó a comandar automóviles. “Empecé a correr en cuasi en el 2011, fui piloto de varias marcas, corrí y gané el desafío guaraní en el 2015. Cuando me preparaba para correr el Dakar 2016, me accidenté”, recordó.
En un inicio parte de su familia mostró dudas, pero su hermano estuvo allí desde el principio. Según destacó, sus ganas de seguir compitiendo fue su principal impulso “Lo que me trajo acá fueron las ganas de volver al deporte. En ese momento fue un Vitz, el que estábamos preparando para el rally, y empecé a planificar el tema de la adaptación. Mi hermano me ayudó y pudimos adaptar el auto”. Actualmente, Beto busca mejorar su marca.