Es cierto que no hay excusas para un trabajo mal hecho cuando pudo habérselo hecho mejor. Según parece, el portal “Tu escuela en casa” puesto en marcha por el Ministerio de Educación y Ciencias adolece de faltas de ortografía, concordancia y hasta semántica, de acuerdo a algunos análisis previos de esta herramienta educativa.
Pero en este espacio, en lugar de ceder a la tentación de sumarnos a las críticas por fundadas que sean, preferimos considerar que el ministerio ha dado un paso importante en la dirección correcta. Tal vez el portal estuviera en fase de terminación cuando la crisis de coronavirus obligó a suspender las clases y el MEC reaccionó de inmediato ofreciendo una instancia online para que los niños no vean interrumpidos sus avances académicos por razones de fuerza mayor.
El planteo es interesante porque abre la posibilidad de que alumnos de enseñanza escolar básica se muevan en un escenario tecnológico que les ampliamente conocido: el Smartphone. Es de suponer que el desarrollador de la plataforma puesta en funciones por el MEC haya contemplado la opción celular para que su aprovechamiento sea integral y en un ambiente en el que los niños se mueven con posibilidades de un uso virtualmente infinito.
Más allá de su perfectibilidad –o si se prefiere, corrección de furcios-, el programa puede constituirse en un puente tecnológico entre la escuela tradicional de tiza y pizarrón y el aula digital, que aunque no es nueva en la educación paraguaya, puede dar un salto cualitativo importante al rescatar a dispositivos como el celular del cerco de prohibición en el que hoy se encuentra, más por prejuicios que por razones verdaderamente valederas.
Por lo poco que se ha podido saber hasta ahora de “Tu escuela en casa”, más parece un instrumento adaptado a las necesidades de maestros y profesores en cuanto al seguimiento de programas y evaluación académica, que a los requerimientos de los propios alumnos. Pero, repetimos, todavía no conocemos en profundidad los alcances del programa como para hacernos una idea clara de su eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tal vez las urgencias planteadas por la pandemia de coronavirus haya apresurado el proceso antes de que el instrumento estuviera listo para ser utilizado.
Es de esperar que su uso intensivo elimine los defectos de arranque.