Las elecciones municipales van a ser una prueba importante en el calendario político paraguayo para ver cuán cercana es la memoria de nuestros compatriotas cuando se trata de premiar o castigar a un mal o un buen administrador.
Están cuestionando al actual titular de la comuna asuncena, Nenecho Rodríguez, quien había sido acusado junto a Mario Ferreiro y otros concejales de estar en un desaguisado que costó millones de dólares.
En cualquier país del mundo un escándalo de este tipo habría hecho abandonar la carrera a Nenecho por vergüenza, pero sin embargo, sigue plebiscitando su nombre, diciendo que él puede ser el mejor intendente que los asuncenos se merecen.
Es el tiempo de mirar los antecedentes, de dónde realmente provienen, de qué capacidad de gestión tuvieron aquellos que ya pasaron por la administración pública y cómo administraron nuestros recursos. No vale ser compasivo, ser leal a la consigna partidaria; lo que importa en estos tiempos es que aquel que haya sido electo sirva para el propósito que dice plebiscitar su búsqueda.
Si no encontramos relación entre ambas cosas, pues sencillamente olvidemos a ese candidato o castiguémoslo con otra alternativa que esperemos también surja, porque lo peor que puede acontecer es que las opciones sean tanto o más peores que la persona que no tendría que continuar administrando algo.