Muchos coinciden que el primer año de gestión de la administración Mario Abdo no es la deseada por ningún mandatario ni mucho menos por la ciudadanía en general. El caso de Raúl Cubas, quien duró en el gobierno a penas 7 meses ( obligado a renunciar por los hechos del marzo paraguayo de 1999), es aún díficil de superar. ¿Qué llevó al actual gobierno a perderse en las críticas?, ¿Es el tan mencionado entorno el que gobierna o desgobierna? ¿Cuáles de los incendios no se pueden aún apagar?.
Primero fueron las inundaciones, luego se sumó la situación económica de los países vecinos, luego la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las incomidades fueron extendiendose en un gabinete que buscaba acomodarse y dar señales de respuestas. El vaso se llena con el Acta Bilateral entre Brasil y Paraguay – sobre adquisición de energía por parte de la Ande de Itaipú-, el juicio político ya cobraba forma, los actores políticos del oficialismos empezaban a tambalear. El incendio tomó fuerza.
Y por si fuera poco, se sube al podio de problemas los focos de incendios forastales en el Chaco. Literalmente, Marito se veía como un bombero sin maguera tratando de atacar todos los frentes, mientras la percepción de la falta de circulante (dinero) quemaba los bolsillos de la ciudadanía.
Y así llegamos a más de un año de gestión del actual gobierno y el fuego aparecía en cada paso que el Presidente daba, el #desastrekoMarito se consolida como marca registrada y la esperanza aún no pueden ser renovadas. Podemos reconocer que no es fácil gobernar un país donde existen intereses tan fuertes que uno no termina por dar el gusto a los diversos sectores de la sociedad. Podemos aceptar que los cambios son procesos que se incian y que requieren de mucha paciencia para notar los resultados. Podemos admitir las buenas intenciones del Presidente Abdo Benítez de entregar un país ordenado y con proyecciones. Pero también, no podemos ignorar que las necesidades fueron largamente postergadas, que varios políticos terminaron ubicandosé en lugares privilegiados que no coinciden con el lugar donde la mayoría de la gente permanece estancada y sumergida en medio del fuego. El incendio nos esta devorando, no llueve o no nos mojan y el tiempo va pasando.
