El fin de semana del 11 y 12 de junio, se llevó a cabo la Ultra Trail Guaraní, que tuvo como punto de largada la Plaza Ybytyruzu de la Ciudad de Melgarejo en el distrito de Independencia, a 27 kilómetros de la ciudad de Villarrica.
Ultra-Trail Guaraní (UTG) es una carrera individual en plena naturaleza, por caminos y sendas que unen los cuatro senderos principales dentro de la Reserva de Recursos Manejados del Ybytyruzú (sendero rojo, sendero amarillo, sendero naranja y el sendero azul), que cuenta con distancias para todos los perfiles de atletas: desde debutantes en trail running y corredores de media distancia hasta ultramaratonistas experimentados en largas distancias y desniveles.
Alice Meza es una deportista amateur y licenciada en nutrición con diplomado en nutrición deportiva y antropometrista ISAK nivel 2. Trabaja en el Hospital General de Luque en el área de internados, además, atiende en un consultorio privado donde la mayoría de sus pacientes son deportistas.
Alice, se animó a participar en el UTG, calificando a la competencia como desafiante desde el inicio, hasta la meta, por sus subidas y bajadas “que no daban tregua, a eso se sumó el barro en casi todo el trayecto y el frío especialmente en los últimos 30 kilómetros se sintió bastante. Los paisajes hermosos y en los puestos de asistencia, los chicos de la organización siempre dándonos aliento y buena onda. Fue una linda forma de sufrir”.
“Desde que largamos la carrera, sabía que iba primera, pero nunca me relajé, no hay que cantar victoria antes de cruzar la meta. En este tipo de carreras, cualquier cosa puede pasar, así que traté de hacer lo mejor que podía todo el tiempo sin obsesionarme con la posición en que iba. Además siempre digo que este tipo de carreras, llega un punto en donde la competencia ya no es contra otra corredora sino con mi cuerpo que ya está cansado y mi mente que lucha por no rendirse” remarcó la deportista.
La atleta esperó siete largos años para volver a correr una Ultra trail (+ de 100 km). “No sabía cómo me iba a ir. Decidí correr justamente para saber que iba a pasar. Fue un desafío personal. Necesitaba hacer esto, la carrera sobrepasó mis expectativas en cuanto a la dureza del circuito, sabía que iba a ser difícil pero me sorprendieron con cerros que no conocía”.
“Lo que más me costó fue subir los últimos cerros porque a causa del frío me congestioné bastante, tenía un chillido en el pecho que no me permitía respirar bien. Eso me frustró un poco, incluso esa noche después de llegar no pude dormir bien a causa de eso. Con respecto al circuito, el cerro Capi’i me pareció muy duro por lo empinado que era. Muchas trepadas difíciles, podría decir que la virtud que me hizo llegar al podio fue la experiencia y la cabeza dura” señaló la representante del Pingüi Athletic Club (PAC).
Alice Meza comentó que debe dejar de lado muchas cosas para poder entrenar, terminar la carrera o el entrenamiento. “No importa lo cansada o adolorida que esté, tengo una hija de dos años que me espera en casa para jugar, bailar, hacerla dormir, no hay descanso. No puedo tener el lujo de llegar, ducharme y tirarme a la cama a dormir tranquilamente. Pero el sacrificio vale la pena. Porque hago lo que me gusta”
“Mi próximo objetivo es correr la ultra trail de Expedición Guaraní en agosto (80 km) y en septiembre correr el mundial de carreras de aventuras que será en Paraguay este año (500 km) Y después de eso ya descansaré un tiempo. Recomiendo siempre a las personas que una vez por lo menos prueben esta disciplina deportiva, que inicien con distancias más cortas, se van a enamorar del trail o nunca más van a querer hacerlo pero si no prueban nunca van a saber lo que se siente”, aseveró la atleta.
Para culminar, mencionó al club PAC. “Creció mucho en estos últimos años, apoyan mucho a los atletas y eso es algo que necesitamos en nuestro país. Están haciendo un buen trabajo. Yo fui alumna del profe Pingui hace muchos años y siempre lo recuerdo con mucho cariño. Fue un gran maestro. Quiero agradecer al Club PAC por el apoyo de siempre, también a mi entrenador Jorge Cabrera que es uno de los responsables de que estas piernas hayan aguantado bien los 110 kilómetros de esta competencia”.
“A mi esposo Rubén Etienne con quien entreno, compito, discuto, comparto y disfruto el deporte. Siempre me está apoyando, estamos juntos en esta locura de correr cientos de kilómetros por el monte. Y no puedo dejar de agradecerle a la profe Daniela Santarelli que es la encargada de fortalecer este cuerpo para poder soportar tantas horas de entrenamientos y carreras sin lesionarme. Por último, gracias a mi pequeña hija Ana Luna, mi motor, mi motivación de todos los días. La personita que hace que quiera llegar lo más rápido posible a la meta para poder verla”.
