Hay muchas cosas que abundan en nuestras vidas y que van desde ropas, alimentos y artículos utilizados en el trabajo. Esta acumulación de herramientas usadas o no en nuestra vida puede incomodar o servirnos para algo de acuerdo a la función que finalmente tengan.
El poseer cosas exige seriedad y orden para la buena continuidad de la misma que a su vez demanda destruir el mal hábito del consumo que no solo afecta nuestras finanzas sino que nos llena de cosas inservibles que pueden ser útiles realmente a otras personas. Estas que pueden vivir muy cerca de nosotros, en nuestro mismo barrio o existen en hospitales, prisiones u otros barrios en los que existen marcadas diferencias de las cosas juntadas que deben ser evaluadas del porqué y para que existirían en nuestros baños, habitaciones, cocinas y/u oficinas. No vendría mal compartirlas en un mundo que devorado por el consumismo y por la compra de insumos que no sirven para nada.
Organizarnos y disminuir
Volviendo el orden, la limpieza y organización de lo nuestro para hacer que nos sirva esos hábitos para la misma vida que siempre tiene espacio para buenos momentos y experiencias que nos enseñen algo e impacten en nuestra mente y espíritu.
Cajones y gavetas siempre tendrán espacio para reunir buenas vivencias, conocimiento e ideas que son las cosas más útiles que podemos reunir en nuestros armarios en los que ya no entran más cosas materiales por no haber tenido un previo cuestionamiento del para qué o porque lo haríamos uso. Gracias a esto finalmente tomaría un lugar que puede ser usado por una cosa que realmente nos servirá y que no solo ocupará un lugar sino una función real. Debemos organizar nuestras compras y consumo que también es organizar nuestras vidas de elementos en función de su utilidad.
Por esto de tanto en tanto debemos tomarnos el tiempo para entrar en el desorden y regalarnos limpieza y orden que nos servirá para evaluar las cosas que han sido juntadas de las que realmente nos sirven para algo.
