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Los estragos del terror no terminan de cicatrizar

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Poner al desnudo vivencias fuertemente reprimidas, con un gran nivel de violación a los derechos humanos, es lo que constituye gran parte de los Archivos del Terror, elemento que marcó un antes y un después en la configuración de nuestra realidad social y el proceso histórico.

Al respecto, el libro “Mi lucha por la verdad”, de la escritora, periodista, historiadora e investigadora Miguela Benítez, nuevamente trae a colación lo que engloba todo el período stronista en nuestra historia, poniendo sobre la mesa la importancia de seguir visibilizando estas cuestiones por el impacto innegable que representan.

Se trata de contar nuevamente el injusto final de Agustín Goiburú, quien fue secuestrado por oponerse tenazmente al gobierno de Stroessner y nunca encontraron su cuerpo para otorgar una mínima paz para su familia, que escarba entre documentos y arena para seguir buscando al exdirigente político.

Igualmente, inmortalizar la memoria de Miguel Ángel Soler, Cástulo Vera Báez y la pareja extranjera de José Agustín Potenza y Rafaela Filipazzi, todos ellos víctimas del horroroso Plan Cóndor, que también representan las únicas 4 personas encontradas entre los cientos de desaparecidos durante la dictadura.

Así, hablar nuevamente de los Archivos del Terror, nunca será reiterativo cuando el legado de Stroessner son los 20.814 paraguayos exiliados, los 20.000 detenidos sometidos a torturas y abusos y las 425 personas desaparecidas, que sigue constituyendo una herida lacerante en nuestra actualidad, pues nunca termina de sanar.

EL PROCESO HISTÓRICO
“El Comisario Principal, Ismael Aguilera, quien fue guardia en Investigaciones, interpreta un papel clave para la aparición de los Archivos y, posteriormente, la realización de mi libro”, expresó Miguela Benítez.

En este sentido, la historiadora hace una clara referencia a “Garganta Profunda” en el escándalo de Watergate, pues si Aguilera no denunciaba que se trataba de quemar unos archivos correspondientes a la Jefatura de la Policía, jamás tendríamos datos acerca de la deshumanización vivida durante la dictadura.

“Los Archivos del Terror son vitales porque representan nuestro factor jurídico, histórico y social de nuestro país. Traer nuevamente todo esto como tema de discusión es importante porque, como bien se dice, quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, puntualizó la escritora.

Entre los innegables maltratos y castigos impuestos por la policía, las denuncias temerarias, también se habla en detalle del desvergonzado Plan Cóndor llevado a cabo entre las dictaduras de la época, que terminó por instaurar un horror constante en toda la población latinoamericana.

“El libro nos trae de vuelta muchos fantasmas que, si bien no los identificamos a veces, siempre andan rondando, diciéndonos quiénes somos y demostrándonos por qué no debemos repetir un pasado tan triste como el nuestro”, concluyó la investigadora.

Todo este acervo de incertidumbre, dolor y tortura engloba los sucesos de un pueblo sufrido que hasta hoy día sigue descubriendo las maneras para reconocer el miedo que marcó su pasado; esa historia llena de terror que simboliza una herida abierta para todo el pueblo paraguayo que nunca terminará de cicatrizar los estragos de la dictadura.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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22-11-24